Fue al baño para lavarse la boca antes de salir para encontrarse con el mismo chico de siempre. No era de extrañar que vendieran esas cosas cerca, sexo y drogas van casi de la mano. Sin embargo, aquel sujeto no hizo más que disculparse porque ya no le quedaba nada para vender, ni un puto sobre. Aún así, le dio algo de información. Lamentablemente ahora debía ir un par de calles más lejos. (. . .) — Me dijeron que eres nueva aquí y que tienes cosas interesantes a la venta. —Chloe, con los brazos cruzados bajo su pecho y el maquillaje corrido, era incapaz de hacer contacto
(...) sentadas en las piernas de hombres mayores mientras estos bebían o fumaban, con sonrisas vacías para caerles en gracia.
Era consciente de ello, por eso no hacía o decía nada, prefería disfrazar aquella escena con esas pequeñas dosis de felicidad mientras la noche pasaba y ganaba tanto dinero como fuese posible.
