De par en par reabre sus ojos justo antes de que ella hiciera explícita su petición. Atento escucha sus palabras y de inmediato asiente la cabeza como inequívoca señal de aprobación, una que infortunada pero previsiblemente no es compartida por todos los presentes por cuanto Marco irrumpe en la escena, efusivo e iracundo ante el drástico cambio suscitado en la mujer objeto de su devoción. Con fuerza sujeta la frágil mano de la doncella y hace un vano intento por alejarla de Hao pues ella misma deshace el apretón con decidida voluntad ante un rubio atolondrado por ello, un acontecimiento que resulta indudablemente divertido ante los ojos del Asakura que contempla con una fina sonrisa lo ocurrido, sonrisa que se amplía aún más al oír las palabras del segundo al mando en los X-Law.
¿Qué le he hecho preguntas? –Cuestiona con notable sarcasmo- Tú lo has presenciado todo. Es naturalmente una nueva visión, solo le mostré que este mundo, sus habitantes y aun el mismo cosmos son mucho más amplios de lo que se puede simplemente imaginar. Podría decirse que soy la llave capaz de liberar sus ataduras de antaño
Una leve risa escapa de sus labios, un agraciado énfasis que hace especialmente a sus últimas palabras a sabiendas de la mayor alteración que esto habría de provocarle. Tal y como cabía esperar, pronto fueron rodeados por el resto de la agrupación jactada de tener sacras intenciones; todas las miradas se posan sobre la figura del pelicastaño, hostiles y sedientas por verle caer en sus manos. Por un brevísimo instante cierra los ojos aun conservando la sonrisa
Vaya, vaya. Me preguntaba cuándo iban a aparecer todos ustedes. Sin duda se tomaron su tiempo -Reabre el telón de su mirada- Ustedes, seres diminutos, no son capaces de comprender la grandeza de este mundo por esa escueta visión que tienen. Podría acabarlos en un santiamén, pero creo que alguien más podría tomarse esa labor si siguen insistiendo. Aun así…
Todos los miembros toman con firmeza sus respectivas armas, visiblemente dispuestos a apretar el gatillo en cualquier momento, ante la más mínima oportunidad. Como primer aviso ante tal insinuación, Hao descubre su mano derecha de aquel manto camel que le cubre el torso y usa su maestría elemental para invocar una corriente de aire alrededor de su cuerpo, elevando ligeramente sus alargados mechones castaños a la vez que el poncho se agita con moderada brusquedad. Su mirada, antes dulce e inocente, ahora se torna penetrante y fría sin que la sonrisa se desdibuje jamás.
Saben perfectamente que si deciden emplear la fuerza, no habrá más perjudicados que ustedes mismos. No he hecho más que manifestar mis opiniones, no he sido hostil con ninguno y sin embargo todos ustedes ya están dispuestos a abrir fuego ¿Quién es el villano aquí realmente?