Lo efímero nos separa... Tiempo y espacio. Sé que quizá nunca vuelvas a mí y aunque durante mil noches Irmo me suma en sueños con el color de tu voz, con la tibieza de tus abrazos, de día procuraré rozar la luna de mis recuerdos. Mi corazón alberga la esperanza de que allí, en ese pequeño mundo, alcanzaré a tocar tus manos.