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SW-User
Pero corta de temperamento como solo ella puede ser y con las mejillas enrojecidas a tope ya tenía la espada de mandoble por encima de su cabeza para atacarlo.

— MUEEEEEEEREEEEEEEEE!!!!
Irenka · 26-30, F
Seguro su cara había sido una mueca horrible. Y tras eso hizo aparecer con su magia dos mini espadas. Una en cada mano mientras caminaba lento atravesandose en su camino — ¡Estrid, ataquemos!
RenAmamiya · 100+, M
Se reía ante las palabras de ambas, con la mirada se pondría a ver que hay a su alrededor, una ventana, o un lugar por el cual escapar. Al notarlo solo mostraría la cámara para así decir.

—Es verdad, princesa, lo que dice el oráculo. Esta cámara ahora es mía... Vamos sonrían.—

Hace un click para hacer una nueva foto, viendo de esa forma el rostro de las dos un tanto molestas. Por lo que guardaría la cámara de nuevo en su saco.

—Bueno, pasaré a retirarme, dejaré que sigan con sus cosas... Heh.—
Irenka · 26-30, F
— ¡Aah! Vamos vamos, no es necesaria la agresividad. El muchacho nos dará la cámara...¿Verdad? — se acerca despacio, como quien se acerca a un animal salvaje. — D...Dámela..por...por favor.
SW-User
— Tu qué haces aquí?! Y como que TÚ cámara?! Ahora que le das t-t-tal uso la usas!

Roja como tomate de igual manera se levantó para sacar de inmediato su daga que hizo crecer hasta obtener el tamaño de una espada de mandoble.

— SUELTA ESO, GRANUJA!!!
Irenka · 26-30, F
No se había percatado del tintinear de la cámara en el suelo, no hasta que escuchó nuevos pasos y sobre todo la voz de aquel. Giró rápido el rostro y se quedó sorprendida.

— ¡Espera, espera...no! ¡Hey hey no! ¡Espera, mi cámara! —

Y se levantó rápido extendiendo su mano como si así pudiera obtener su cámara con los secretos más íntimos posibles.
RenAmamiya · 100+, M
Había llegado a escena desde hace unos momentos, pero no había interrumpido, tenía noticias sobre el plan que tenía para obtener unos cristales de la zona media entre ambos reinos. Con una mano tomaría aquella cámara que rodó a sus pies, sin duda sería entretenido ver sus reacciones por lo que se hizo presente notando aquella vista que muchos envidiarían.

—Oh no quiero interrumpir, sigan, sigan.—

Dejó salir una risa al mismo tiempo que tomaba una foto, para luego guardar la cámara en su saco de color negro esperando escuchar sus reacciones.
Irenka · 26-30, F
Supo en definitiva que ambas habían caído, pero no pensó que en vez de rodar, estaba oculta en el cuello de ella oliendo su perfume. Pronto el movimiento de ella la hizo despabilarse un poco más y alzó poco a poco la cabeza y encontrándose con la mirada de la rubia, la cual la puso bastante sonrojada

Yo...ah...eh... Y....Yo... sí, estoy...ah... un poco, creo que me pegué en un codo y,,,, lo siento, peso mucho....
SW-User
Estrid aprieta los párpados, como reacción inmediata al dolor de su nuca y siente un considerable peso sobre ella, así como un agradable olor a frutos silvestres cerca. Para cuando abre los ojos, un poco desorientada y con un ligero quejido de dolor, se percata de que Irenka está justo encima de ella, con sus labios tocando su cuello y sintiendo su lento y tibio exhalar.

— O-o-o-o-oye... qui.. — no, no debía decir eso de buenas a primeras — D-despierta... Irenka, estás... bien?
Irenka · 26-30, F
— ¡Estrid las princesas no decimos groser...! ¡Ay mierda! ¡Perdón! ¡Ay la pu...! ¡Kyaaaaa! — tan pronto como la rubia cayó y la cámara rebotó, Irenka terminó cayendo junto a ella y de paso sobre la pobre rubia. En medio de aquel grito y del rebotar y azotar de los cuerpos, el rostro de la pelirroja terminó oculto entre el cuello y hombro ajenos.

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