El pelicafé solo pudo suspirar y en segundos aquella agradable sonrisa volvió a su rostro mientras movió su mano cual si invitara a alguien a que se acercara.

La enorme espada en la roca se sacudió por unos momentos antes de salir de su prisión y volver a las espaldas del hombre y junto con las otras 3 volverse totalmente invisibles de nuevo.

— Una de mis hermanas salvó al rey, deberías agradecer majestad jejeje, ellas son uno de mis 3 estilos y el que más utilizo