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MiaAyuzawa · 26-30, F
Desconocía ese mundo pero lo de de ella haber sido tratado como objeto desgraciadamente no era una novedad, por lo que no era nada nuevo lo que le contaba de todas formas, incluso solamente le hacía entrar en frustración y al mismo tiempo no lograba entender por qué le estaba protegiendo. Solamente asintió por cada que le escuchaba porque no sabía qué podría pasarle justamente por esa razón, no sabía si podría usarla o protegerla al final, solamente tenía a su al rededor del mundo de ella no-humanos egoístas que la usaban a conveniencia.

Se dejó llevar por él aún con su impresión, a fin de cuentas no dejaba de ser humana y reaccionar como tal, todavía estaba en shock debido a la situación que estaba viviendo así que no podía hacer nada más hasta recuperar el razocinio.
MiaAyuzawa · 26-30, F
No sabía exactamente qué era y para que funcionaba la puerta, por lo que al momento que fue succionada, su susto fue demasiado grande y más al llegar ahí. Se sostuvo de su brazo solamente por el temor que estaba sintiendo, tembló un poco para después apartarse para tratar de recuperar la cordura, incluso sintiendo mareos debido a aquel viaje. —¡¿Qué diablos fue eso?!— Se agitó tratando de no colapsar.

Le trataba de escuchar pero ni siquiera entendía dónde estaba, aún sentía aquel golpe por haber llegado ahí. —Si...— Todavía no estaba completamente racional al respecto por lo que solamente se dejaría guiar por él comenzando a sentir miedo.
MiaAyuzawa · 26-30, F
Claramente no conocía su historia al decir aquellas palabras pero quienes solían hablar de valentía usualmente eran los más cobardes para ella, así que solamente suspiró brindándole un gruñido al final. —Me pregunto si hablas en serio o solamente porque te he golpeado el ego.— Lo había hecho con ese propósito por lo que incluso su tono de voz se tornó bastante serio. Aún así volvió a reírse al escuchar tales hostiles palabras, comprobando que sí había logrado chocarle solamente con ellas. —Me gusta aprender. Nacimos para ello... ¿usted no?—

Tenía demasiada curiosidad por aquella puerta que había aparecido, habiendo viviendo momentos extraños en su vida, para ella solamente era uno más, al estar él a su lado no sentiría peligro para acercarse a la puerta.
>>Cuyas monedas o medios de pago variaban de mundo en mundo, por lo que las apuestas solían pagarse en diferentes categorías: 1) Seres vivos. 2) Androides, naves, o tecnología. 3) Placeres. 4) Matrimonios por conveniencia. 5) Reinos.

El albino miró hacia todos lados, su alterada forma de hablar podría haber llamado la atención de alguien, pero lo que realmente le preocupaba, era la esencia de la muchacha. —Escúchame bien... Necesito hechizarte, ¿ok? Hueles a mierda, o sea, a humana. Aquí te podrán oler y asumirán que eres "mi moneda de pago"... Agh, no tengo tiempo de explicarte, así que lo resumiré: Este es un mundo de apuestas y los humanos solo entran para ser usados como parte de pago.

No perdió el tiempo, cogió a la chica por un brazo, sin detenerse a pensar en su estado anímico. Si estaba asustada, en estado de shock, con una crisis nerviosa o entusiasmada, eran cosas que por ahora le tenían sin cuidado. Debía esconderla, quitarle el olor a humana y pensar en un plan.
>>Indra atravesó un pie por la puerta sin problemas, pues era el creador de este portal. Sin embargo, al momento de haber cruzado todo su cuerpo, una extraña sacudida lo hizo tambalear al punto de aterrizar con rodillas y palmas en una tierra rojiza. La chica humana había sido succionada junto a él a una dimensión bastante hostil.

—¿Qué demo--? ¡¿Qué haces aquí, mocosa idiota?! —Chilló alterado; derribada estaba su máscara de serenidad. Aunque en realidad no exageraba, pues la situación era alarmante. —¡No deberías estar aquí! —Continuó hablando a gritos. —¡Este es un lugar privado, secreto, no estoy autorizado a traer a nadie...! —Se calló, advirtiendo que había estado hablando a gritos. —Mierda... —Dijo, ahora en un susurro.

Aquella dimensión era una de las favoritas de Indra: El mundo de los juegos de azar, la bebida y la masacre. Los humanos no tenían cabida ahí más que para ser objetos de intercambio. El dinero no servía, pues a ese mundo asistían seres de todos lados.>
Aunque su rostro mantuvo una expresión de falsa calma, le había molestado uno de sus últimos comentarios. Indra no era tan valiente como quisiera. Quizás comparado a una persona común o a quien ha llevado una vida sencilla, sí era muy valiente, pero a comparación de gran parte de su familia, siempre había sido el más débil, el más cobarde y el más ruin.

—Jaja... —Río con falsedad, intentando disimular que su ego estaba un poco roto. —Soy la valentía en vida, mocosa. —Iba a seguir hablando, cuando notó que la humana parecía asombrada, o quizás incluso asustada, por su reciente acto de magia. —Esto, humana, es algo demasiado complejo de explicar. Una mente inferior como la tuya jamás lo comprendería.

Con un aire arrogante, le dio la espalda y tomó la manilla de la puerta, abriéndola. No advirtió que la chica se estaba acercando, cuando una corriente succionadora emergió desde el otro lado de la puerta, amenazando con, literalmente, chupar a la chica hacia otra dimensión.>
MiaAyuzawa · 26-30, F
>> Gruñó de inmediato escuchando aquello, sabía que de alguna forma quería enfrentarla o hacerla enfadar, era lo que constantemente hacía cuando se le acercaba. —El burro hablando de orejas, hablas de valentía.. blablabla ¿Qué tan valiente eres tú en realidad— Hablaba con aquel mismo desconocimiento que tenían ambos, solamente quería imitar su burlesco comportamiento.

Se detuvo de hablar, quedándose quieta cuando vio aquella puerta y la magia que tenía él, incluso por momentos sintió ganas de tomarle el brazo como reflejo por el temor. —¿Y eso... qué es?— Era demasiado humana... demasiado curiosa, se acercó a aquella puerta solamente por la intriga.
MiaAyuzawa · 26-30, F
No le daba miedo aquel tono amenazante, a fin de cuentas, él también desconocía absolutamente todo lo que ella había vivido. —Voy a hablarte como te da la gana.— Esperaba no morir directamente por aquella respuesta pero se sentía preparada para todo.

Se comenzó a sentir observada, ahora sí parecía ser amenazante así que incluso tragó saliva. —¿Qué miras tanto tarado?—

—Somos estúpidos e ignorantes.— Ni siquiera temió en interrumpirle, incluso suspiró profundamente. —Lo tomo como un halago... yo sobre todo, imprudente.—
Notaba aquel tono egocéntrico de voz, lo consideraba engreído, era algo que no podría evitar, acercarse a ese tipo de persona solamente para demostrarle que él no era tanto como se creía. >>
-No hables como si me conocieras, niña. -Su voz, si bien era en cierto modo serena, dejaba entrever un toque de amenaza. -No me interesa llamar la atención de tu especie, solo divertirme a costa de ustedes.

Da algunos pasos al rededor de ella, mirándola de pies a cabeza con cierto aire despectivo, como si fuera un gigante inspeccionando un insecto, a pesar de que era un hombre bajo.

-Puedes tomar esto como halago si quieres: me intriga tu valentía. No es común en tu raza, a menos que sean realmente estúpidos o ignorantes. -Cesa su andar, volviendo a quedar frente a frente. -Y tu, si bien debes ser tonta porque eres humana, no creo que seas tan estúpida. -Enfatiza la palabra "tan", solo para fastidiarla. -Así que mataré dos pájaros de un tiro. Te enseñaré la diferencia de un tormento real... Y a la vez pondré a prueba tu osadía.

Traza con su índice diestro una forma rectangular en el aire, dejando en destellos verde-dorado la forma de una puerta.
MiaAyuzawa · 26-30, F
Observó su gesto de asombro con la misma seriedad que antes, hasta que le devolvió el insulto, le fue inevitable sonreír aunque no quisiese. —La verdad puedo ser peor.— Y tampoco mentía, nada más necesitaba un mínimo de provocación y ya.

—¿Equivocarme? Él mismo sujeto tarado que dijo que solo se acercaban por estar fumando. Vaya forma de llamar la atención... Me recuerdas a un... animal, ya sabes. De esas aves las cuáles olvidé su nombre.—

Se mantuvo en la misma posición cuando él se acercó retomando aquel gesto serio. —Lo haces todo el tiempo en el bar ¿Cuál es la puta diferencia que me atormentes después?—

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