Agh, déjalo, da igual... -Movió la mano de un lado a otro- Me caí en un agujero se gusano, pasé años intentando regresar, ya que por algun motivo, una fuerza extraña me impedía teletransportarme. -Bufó unas cuantas veces- Conocí a un grupo de duendecillos que no dejaban de cantar una jodida cancioncita alegre todos los días, pensé en suicidarme, pero ni si quiera sé si soy capaz de hacerlo. -Dijo, con voz algo exagerada- Pero al fin logré llegar... -Miró hacia todos lados- No parece haber pasado mucho tiempo aquí.