-Apenas el otro se acercó a besarle, su mano reaccionó por si sola. Le tomó de ambas mejillas las cuales ejerció presión con sus dedos, obligandole a poner boca de pez al mismo tiempo que lo fue apartando.- Maldita víbora blanca, ¿Cómo te atreves a tratarme así en presencia de tu madre y tu sobrina? Me la cobraré, y te arrepentirás de ello. -Le soltó de un brusco movimiento y se fue enojado, o al menos eso parecía. Por dentro se estaba muriendo de risa.-

-No puede evitar reír a carcajadas- Si duermo en el piso, tu también, y yo sobre ti. -Le ahuyentó a SiegfriedMon (?) y lo ayudó a ordenarse los cabellos rojizos- Jajaja, ya, suficiente bullying para ti por hoy~ -Le besa los labios-

¡Seguí amenazándome y dormirás en el piso! -Trató de sacarse el pájaro de la cabeza sin éxito alguno.-

¡Sigue insultándome y haré que anide en tu cabello, querido! -Se cruzó de brazos, súmamente divertido con la escena-

-Hacía algunas muecas de molestia al sentir como el pajaro le picoteaba su cabeza para despeinarle.- ¡Qué infantil sos, Indra! Así jamás llegarás a ser un soldado. Au.. au.. ¡SACAME ESTA MIERDA!

-Toma al ave que tenía sobre el hombro y se lo lanza a Máximo- ¡Ataca, SiegfriedMon! -el pajarraco se lanza a desordenarle el cabello al folkeano (?)-

Una pena que tanta belleza sea nula alado de tu caracter de mierda. -Solo viene a bajarle los egos.-

Tan guapo como la mujer que me dio la vida... -Sonrió al espíritu de su bella madre-

No sé cómo te ve, pero el tema de nuestro apellido va más allá de cualquier cariño que Siegfried pueda tenerte. No puedes ser una Schwarzer, porque no corre la sangre de nuestra raza por tus venas, pequeña.

— Que guapo es mi hijo, digno de mis genes. — Se escuchó la voz de la albina resonar en el lugar; su cuerpo físico no estaba presente, pero si su esencia, en espíritu.