Me gusta. -Le dijo, apoyándose en la mesa y sentándose sobre esta después, de manera relajada. -Tendrás que contarme quiénes son las personas de las fotografías que tienes. -Se estiró con descaro en el escritorio, dejando que su cabello se desparramara por los costados, cayendo como plata líquida, sabiendo que probablemente lucía bastante atractivo. Aprovechándose de esto último, miró al Almirante y le sonrió con coquetería. -Quiero una foto mía aquí... -trazó un círculo con su índice derecho sobre la base del escritorio. -Una foto que te haga pensar todo el día en mi. -Se aprovechó de su poca estatura y giró en la mesa, quedando ahora boca abajo. Estiró una mano y tomó uno de los retratos que estaban a su lado. -Y si alguno de estos es tu ex -subió la vista hacia el otro, alzando una ceja en fingida molestia -, tendrás que tirar la fotografía.

-La demostración de los Valkyrie's volvió a permitirle fijar la atención y entretenerse, olvidándose montáneamente de su compañera y las ganas que tenía de hacer cosas pervertidas. Sus ojos captaron las piruetas aéreas, intentando memorizarlas, ya que no sabía si alguna vez tendría que pilotear algo como eso... esperaba que sí. -Son increíbles. -Murmuró, preguntándose qué velocidad alcanzarían y qué habilidades tendrían.
Cuando la exhibición finalizó y Máximo lo guió hasta su oficina, el mago sonrió, más por las ganas de conocer el lugar de trabajo del folkeano que por lo que planeaba hacerle allí. El lugar le gustó bastante, el contraste que tenía con el resto de la base le llamó la atención, pero de forma grata, le gustaban las decoraciones más antiguas. Caminó en dirección al estante, pasó la vista por todos los libros, deseando leerlos, miró las fotografías, tenía muchas interrogantes sobre las personas que ahí figuraban, y luego caminó hasta el escritorio de Máximo. {sigo}

En el fondo y frente al ventanal que daba hacia el parque principal, el mismo tapado con cortinas rojas, yacía su escritorio el cual tenía un par de fotos más, con una pantalla desplegable y un letrero con su rango. Este acompañado con 2 sillas normales del lado del público y del lado del ventanal su típica silla de Comandante, esta de madera tallada a mano con su nombre y alguno que otro dibujo. Por suerte hoy no tenía ningún papeleo sobre su escritorio y se notaba porque por lo general su oficina siempre está desordenada con tanto papeleo.- Llegamos, no es la gran cosa...

Máximo por su lado, hizo un gesto en particular que daba la señal de "guíen a los nuevos" ya que deseaba pasar tiempo con su compañero antes de ponerse a entrenar con sus soldados.- Vamos a mi oficina. -Le tomó de la mano y escapó a paso apresurado en dirección hacia su despacho. No estaba lejos debido a que la ceremonia se realizó en su pabellón, así que no tardaron demasiado en llegar. Se notaba que el lugar era bastante grande por lo que en menos de 4 minutos ya estaban en la puerta de su oficina, la cual parecía bastante pérdida en el tiempo, a diferencia del resto de la base. Abrió la puerta e hizo un gesto para que ingresara.
El lugar era bastante acogedor, de unos 15x10 donde allí había un gran sofá cama, un armario de madera junto con un estante que ocupaba una pared completa, con libros, muchas fotos, recuerdos, objetos de valor, alguno que otro adorno de 8bits, muchas botellas de alcohol, aparatos de comunicación y alguno que otro juego de mesa.

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-La ceremonia por suerte no duró mucho luego del discurso de Máximo, unos 4 minutos más de charla que finalizaron con un saludo militar y el despliegue de los Valkyrie's del escuadrón Alpha, quienes obviamente hicieron una demostración de figuras en el aire, totalmente coordinadas y acompañadas con el gas sarín de mutiples colores que formaban distintos dibujos en aquel cielo violeta. Todos obviamente quedaron maravillados por aquello, pero los más viejos sabían que era una distracción o más bien una prueba para saber quienes eran aptos o no de seguir la única regla en batalla, "no perder de vista a los líderes". Obviamente que en ese interín todos los de rango alto se dispersaron y aquellos que eran de sus escuadras los siguieron.

[Sigo]

-El discurso de Máximo le había agradado, más cuando otro sujeto comenzó a hablar, Indra ya había empezado a aburrirse. Resopló, aunque no se forma tan evidente, aunque fuera altanero y a veces desubicado, tenía modales refinados y sabía que interrumpir o armar algún alboroto a raíz de su aburrimiento, hubiera sido de muy mala educación. Probablemente fue por eso que la actitud del almirante le sorprendió un poco, ¿De verdad estaba haciendo muecas y lanzándole besos? Sonrió ante ello y con disimulo le habló en voz baja- ¿Cuánto más va a tardar esto? Yo quería tener sexo contigo en tu oficina, no escuchar discursos ni pasarme el día de pie aquí.

-Cuando finalizó la música, se manifestó un corto silencio que fue irrumpido por la voz de Máximo quien dio un paso al frente como siempre lo hacía tras finalizar el izamiento de banderas.- Buenos días a todos. Para los que no me conocen, soy el Supremo Almirante Máximo Vasilios, fundador de este lugar. Asumo que todos están muy ansiosos por comenzar con nuestras actividades después de un tiempo de vacaciones. -Máximo siguió hablando al menos por unos 10 minutos más sobre los objetivos, el programa, los líderes de escuadrón, los distintos lugares, las zonas prohibidas, el armamento y así hasta que por fin terminó de hablar, pero cuando eso ocurrió, otro de los miembros de alto rango tuvo la palabra. Era una ceremonia de bienvenida, eso era claro, duraría un largo rato. En ese interin en que Max ya no estaba hablando, vio de vez en cuando al albino, a quien por cortos lapsos le arrojaba besos, hacía muecas graciosas y demás cosas como tonto enamorado.-

-Indra no comprendía lo que ocurría, solo notaba que todo estaba demasiado ordenado, como si estuvieran en una especie de ceremonia. Cuando Máximo le soltó y corrió hacia un lugar determinado, no supo donde ir, se quedó de pie un momento y luego atinó a ir tras él. No tenía idea de si podía estar con el almirante en ese sector, parecía ser un puesto especial, pero realmente no le importaba. Fue cuando estuvo a su lado que comprendió lo que ocurría, iban a cantar el himno que, por supuesto, él no se sabía. Se preguntaba si todos los días eran así, esperaba que no, no se imaginaba corriendo todos los días para formarse a cantar. En lo que duró el himno, se dedicó a observar las banderas y a la mayor cantidad de gente que pudo, aunque eran demasiados y sospechaba que jamás llegaría a conocerlos a todos y mucho menos a recordar sus nombres... Tampoco es que le importaran.-

Pasaron unos pocos segundos en silencio y cuando Max dio la orden la orquesta de música que estaba al costado, empezó a sonar el himno del la base y con ello el coro cantó sus partes correspondientes. A la par de la música, las banderas 10 banderas fueron izadas por los novatos de la base, como inclusión a un nuevo ciclo de formación. Allí se podía ver las 3 banderas de TAP, Iscandar, Folka y Gamilas, las 5 banderas de los escuadrones y 2 pertenecientes a la afiliación a los Viajeros del Tiempo-Espacio.-

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Soy fetichista, pero sigo siendo aburrido. -No comentó más al respecto y de a poco le fue jalando. Viendo que estaba demasiado atrasado en uno de los relojes de la pared le soltó de un momento a otro y empezó a correr para llegar al patio principal, allí esperaban sus 35 compañeros de alto rango, quienes a la par del Almirante, se pusieron en formación para salir todos juntos.
Apenas estos comenzaron a avanzar todos los miembros de Blind Justice saludaron a sus Comandantes con el típico saludo de la base, la diestra en forma de puño a la altura del pecho. Ellos eran un número aproximado de 2.000 soldados, sumado a los líderes y generales. Todos formados con sus respectivos escuadrones, pelotones y pabellones, mientras que el grupo del Almirante se posicionaron en el gran escenario, detrás de los mástiles con las banderas a puntos de ser izadas.

[sigo]