-No tuvo dificultad en percibir el temblor de su mano cuando le acarició los cabellos, ni tampoco en interpretar ese silencio como una respuesta de dolor. Sin duda, el otro debía creer que no lo amaba aún. Quiso decirle que lo hacía, que su incomodidad era justamente porque lo amaba y tenía miedo de hacerlo, pero al igual que el otro permaneció en silencio, con el rostro aún contra su pecho. Estiró los brazos y lo estrechó con sutileza, esperaba que la tristeza del folkeano se calmara de algún modo. Se sintió egoísta, se sabía amado y eso, a pesar del conflicto interno que le causaba, era reconfortante... Lamentaba que Máximo no pudiera experimentar lo mismo. -

-Se mantuvo en total silencio cuando escuchó sus palabras. Algo dentro suyo sintió como se rompía en mil pedazos, creyó que tus sentimientos realmente no eran correspondidos, se sentía tonto por haberse declarado. No sabía que pensar en ese momento, más ahora que un intenso dolor, bastante angustiante, como una fuerte puntada en su pecho, rápidamente tomó posesión de su cuerpo. Lo único que hizo fue acariciar suavemente la espalda ajena, con sus dedos bastante temblorosos, al mismo tiempo que desvió la mirada. No quería verle en ese momento, le dolía pensar en que quizás se apresuró para hablar desde lo más profundo de su corazón, realmente estaba arrepentido, pero no dijo nada.-

-Las palabras del otro resonaron en sus oídos, no sabía si como una dulce melodía o una marcha fúnebre. No es que no lo imaginara, pero no pensó que se lo fuese a decir, menos de forma tan frontal y sincera; lo maldijo un poco en sus pensamientos por ello. Abrió la boca, pero no dijo nada, permaneciendo con los labios separados por algunos segundos. No sabía qué responder porque no quería escuchar sus propias palabras, una obvia afirmación sentenciadora y tan dolorosa como hermosa. Bajó el rostro y escondió la cabeza contra su pecho, bajo su mentón, siendo él quien pedía protección ahora, protección emocional- Lo siento... -susurró, no por no corresponderle, sino por no ser capaz de admitirlo-

-Seguramente su compañero no se había dado cuenta de la importancia de sus palabras, quizás lo obvió o lo ignoró, pero sin ir más lejos, por primera vez había admitido cara a cara que lo ama, a pesar que con anterioridad fue claro respecto a su cariño por sobre su venganza. Máximo sabía perfectamente que no se podía enamorar de alguien que solo pensaba en tal sentimiento destructivo, pero era tarde, tontamente había sucumbido ante sus encantos, su compañía, esos pequeños gestos de cuidado que le brindaba el Wurm, ¿Cómo no tenerte cariño si era el único que le aceptó y se quedó, a pesar de estar tan demacrado?.
Sutilmente se apartó, pero sólo para retomar su mirada en el más bajo. Deseaba verle y decirte tantas cosas, pero optó por repetir lo anterior, esta vez más directo.- Te amo.

-Cerró los ojos durante el breve momento que duró el cálido beso. Le gustaban mucho sus labios, besarlo siempre era un agrado- Tienes razón, todo merece una celebración si estamos así. -Lo admiró un momento, sin su característica lujuria impertinente, sino con real afecto, como quien observa un tesoro. Con la misma mano que había acariciado su mejilla, trazó un trayecto súmamente cuidadoso de su fisionomía, pasando por su hombro, su pecho, sus costillas, su abdomen, su cintura, sus caderas y sus muslos. Su delgadez era preocupante, pero no quería pensar en ello, seguía siendo hermoso para él a pesar de las marcas y el evidente estado enfermizo en que se hallaba-

-Accedió a su pedido y de a poco se dio la vuelta con cuidado para verle. Sus brazos ahora se rodearon alrededor de la espalda del más bajo para ejercer suaves caricias en su piel desnuda. Realmente amaba su cercanía, su tacto, su preocupación. Todo el tiempo que permanecía a su lado, lo hacía sentir completo después de mucho en soledad, a lo cual no dudó para nada en agradecer con un dulce pero corto beso en sus labios.- Podemos celebrar el simple hecho de que nos estemos amando en este momento.

-Emitió un sonido de agrado ante las caricias en sus manos, gesto que lo calmó un poco, a pesar de notar perfectamente lo crítica que era la situación con su compañero- Date vuelta y mírame. -Pidió, con cierto toque autoritario. Quería acariciar y besar ese rostro, su vulnerabilidad lo hacía querer ser tierno con él, cosa que lo descolocaba un poco, por eso el tono de voz. -Cuando estés bien, vamos a celebrar de muchas formas. -Le sonrió, pasando una mano por su cabello corto y luego por su mejilla-

Sobreviviré, he pasado por cosas peores. -Era muy malo mintiendo, si bien había pasado cosas bastante fuertes y dolorosas en su vida, era obvio que jamás había estado tan mal física como anímicamente. El tan simple hecho de activar Black Hole ya le generaba mucho daño a su cuerpo y a su alma, literalmente se estaba pudriendo por cada vez que utilizaba su arma, más ahora que sus efectos secundarios eran más visibles.- No lo sé, puede que esta vez tarde un poco más. -Respondió a medida que ambas manos se acomodaron sobre las ajenas para efectuar lentas caricias.-

-Negó con la cabeza ante los comentarios del otro, logrando que sintiera su negación al frotar su frente contra la espalda ajena- Me duele verte así, pero tampoco voy a hundirme, al contrario, te ayudaré a sobrellevarlo. -Depositó un beso en su cuello por atrás y estiró los brazos hasta rodearlo por completo a nivel del pecho, ya más calmado tras oírle decir que no le haría daño- ¿Cuánto más va a durar tu estado? ¿Por cuánto más estarás así?

-Él sabía de ese sentimiento doloroso que sentía su compañero con verle de esa forma tan demacrada y decadente, era imposible no notarlo, cada mirada, cada tacto, cada acción por parte suya, le partían el alma por completo. Detestaba estar así y por mucho que se esforzara para cambiar o mejorar, lograba todo lo contrario. Se odiaba a si mismo por ser así, por tomar malas decisiones, por su salud y por su debilidad, más aún el hecho de lastimar inconscientemente a la persona que amaba con todo lo que le pasaba.- Este dolor no es nada al que sientes. Lo lamento... -Musitó en un tono quebradizo y bastante débil a medida que su mano izquierda se deslizó hacia atrás para acariciar sutilmente las hebras blancas de su compañero.- No me quebrarás, el cuerpo de los Folkeanos es mucho más resistente que el de los humanos.