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*Otro día más en clase con sus hermanas. Se sentaba cerca de ellas, segura ante su presencia. Había una falla en su sistema que todavía no había sido reparada, y es que la falta de combustible hacía que no pensara.. normalmente. Estaban en clase de matemáticas, y le tocó pasar al pizarrón a resolver una suma. Su mente estaba tan perdida que no se percató de la gravedad del asunto. Se levantó babeando, arrastrando los pies, y frente al pizarrón no entendió algo tan básico. Giró el rostro hacia sus hermanas a ver si le pasaban la respuesta.* o~oUu..
 
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Illustrious · 26-30, F
*Miró con ojos brillantes a Saint Louis, asintiendo un par de veces a su acierto. Se limpió la baba, necesitaba que calibraran bien su mal consumo de combustible.* ¡Animo, nee-chan!
SaintLouis · F
* Levantó su mano para pedir a la profesora el turno, quería salvar a la pobre Ilustrious de ese vergonzoso momento*

Creo que me debería dejar a mi, soy la experta en números mientras que esa pobre albina es diestra en historia.
Amagi · F
*Amagi, quien estaba acostumbrada a levantarse temprano, acompañó a las pequeñas navíos a la escuela, al notar que Illustrious no podía resolver el problema y que Lou-chan intentaba darle la respuesta, se puso de pie intentando distraer a la profesora para que no las cacharan.*
Illustrious · 26-30, F
;w;... !!! *Comenzó a contar los dedos de su hermana: dos, cuatro... Eso era un seis. Puño. ¡Oh no! ¡Su hermana quería golpearla! Comenzó a temblar descontroladamente. Nerviosa dibujó un feo seis en la respuesta, luego caminó a pasitos torpes hacia el asiento a lado de su hermana, donde tomó asiento y se abrazó de su brazo.* ;w; ¡No me golpees nee-chan!
SaintLouis · F
* No le gustaba la idea de ir a clases pero sabía que era completamente necesario. Se levantó temprano y fue a buscar a Amagi y a Ilustrious. Al llegar al salón se percató que solo estaban ellas, parece que las demás estaban en otra clase o se quedaron dormidas.

Se sentó detrás de Ilustrious y observó que venía un poco rara esa mañana, no sabía que tenía hambre. Al observar que no sabía resolver la suma, que era simple empezó a dictar los números con sus dedos. Primero sacó dos dedos, luego cuatro y finalmente cerró su mano. Para formar lo que Lucky veía como un : 240 *

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