-Leo por su parte no estaba tan interesado en su entorno sino en beber café, por lo cual ignoró inconsciente las palabras de su compañero y se dispuso solo a sentarse.
Pronto tomó el menú del lugar y lo ojeó muy rápido, esperando ver algo que le interesara, pero al no encontrar nada, se lo pasó al albino.- ¿Qué pedirás?

*-Al entrar a aquel lugar, se quedaría boquiabierto, hacia mucho que no entraba a lugares así y menos con alguien,asi que empezaría a mirar el lugar separandose de su amigo y se acercó al karaoke mirando la pantalla y leyendo las canciones que había ahí.*
Woah! Tiempo sin entrar a este lugar, veamos... Está me la sé, está no, está tal vez...
*-Comenzaría a hablarse así mismo leyendo las canciones y diciendo cual sabia y cual no.*
Hey, Leo! Aquí hay una canción que seguramente tú conoces muy bien, cantarías para mí? Por favor!
*-Miraría al menor con una mirada dulce y tierna como si le suplicara.*

-Tras bajar por las escaleras y entrar, se pudo divisar aquel acogedor recinto, con luces tenues, decoraciones frikis, alguno que otro juego arcade, sillones amplios con mesitas, un escenario con karaoke, la zona de la barra con banquitos de madera y meseros dándoles la bienvenida.-

¿Ah? No exactamente, a un conocido le gusta este lugar y un día me invitó. Mi inspiración es natural, aunque estoy teniendo algo de problemas. -Expuso entre risas mientras se encaminó a una de las mesitas libres para sentarse en el sillón junto con su compañero.-

No importa, no me gusta lo normal, así que vamos...
*-Se dejaría guíar hacia aquel lugar que no le parecía nada extraño, en cierto modo anteriormente había ya pasado por lugares y más extraños, pues su antiguo trabajo se basaba en ser bartender y un extra de acompañante para ciertos clientes.
Caminaria deslumbrado el lugar al que llegaron se veía algo tranquilo y sereno o al menos eso pensaba.*
Acaso es tu cafeteria favorita Leo? Donde tienes inspiración?

-El pelirrojo por su parte observó con el ceño fruncido de modo caprichoso en infantil el cielo, como si estuviese enojado con este por la pronta tormenta.- Bien bien, vamos a la cafetería, pero no iremos a una normal.

-Continuó con la caminata hacia un callejón, bastante oscuro, a excepción de un cártel de luces que alumbraba los alrededores con colores llamativos, constante cambiando de gama. La entrada era subterránea a lo cual debían de bajar unas escaleras para entrar.-

No, no importa Leo, podemos ir después y más preparados!
*-Una suave ventisca se sintió pegar en la cara de ambos, dando señal a que se vendría una pequeña tormenta, pues las nubes en el cielo se empezaron a juntar cambiando el clima a uno nublado. Ilan miraría el cielo y sonreiría ampliamente luego de ver un clima como ese.*
Parece que va a llover, mejor vayamos a esa cafeteria!
*-Diría mirando a su nuevo amigo con una ligera sonrisa.*

-Le observó por unos momentos en silencio y sin importar mucho su respuesta, siguió caminando hasta dar con una máquina expendedora de bebidas calientes.- Vamos a ese lugar donde dices. ¿De qué te gusta? Hay chocolate, leches, cafés... Yo te invito, hoy si tengo moneditas.

Mmm... No, no lo hay, no hay algo así en ese lugar!
*-Soltaria una risa nerviosa mirando a su acompañante algo avergonzado.*
Te gusta el café verdad? Bueno, será mejor que vayamos a la cafetería!

¿Hay café en ese lugar? -Por el único motivo verdadero que iba a la cafetería era para beber su bebida favorita, tenía una leve adicción por el café, le relajaba bastante y le despertaba siempre ya que tenía muy pocas horas de sueño encima.-

*-Sonreiria al verle de regreso y cuando tomó su brazo de aquella manera, más feliz se sentiría que empezó a caminar junto al menor sin pena alguna.*
Si la cafetería te da inspiración, podemos ir ahí sin problema, aunque igual conozco un agradable lugar que está a las afueras de la ciudad, es un lugar tranquilo y cómodo...