Al escucharla, Ignis sonrió con algo de verguenza mientras negaba agitando ambas manos. —No, no tiene que actuar distinto. Sé que puedo parecer un poco "estirado" a veces, pero es culpa de mis costumbres. Yo también espero que tú y yo podamos coincidir frecuentemente Skadi. El único riesgo que corres a mi lado es salir rodando después de una buena cena de tres tiempos. — Intentó ser un poco más informal para con ella al no referirse en tono de usted. Pero era evidente que le costaba un poco.
—Si, es correcto pero estoy acostumbrada a tener un trato normal. Agradezco sus atenciones y me disculpo por no saber como actuar ante ellas. Parece que usted y yo vamos a convivir de forma constante así que con el tiempo podré acostumbrarme y también corresponder porque como bien ha dicho, todos somos dignos.
—Todos somos dignos de respeto y atenciónes hasta que nuestras acciones dictaminen lo contrario. Hasta donde he conocido de usted, merece las mismas atenciónes que un rey o un noble, señorita Skadi. Además, nunca está de más que le mimen un poco de vez en cuándo. ~
—Ah, para eso si debe ser negro y bien cargado... con un poco de leche quizás, una nota muy ligera. ¿Para mi? No, no es necesaria tanta atención, yo me conformo con lo que me ofrezcan y por favor dime Skadi...
Saca una pequeña libreta de bolsillo y toma un par de notas. — Si es para mantenerme despierto, lo prefiero negro... Pero ahora ya sé cómo debo prepararlo para usted, milady.
