IgnisScientia

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Ignis fue criado y educado desde pequeño para servir y proteger. Desde reyes y emperadores hasta magnates de negocios. Su mentor, un sabio y antiguo hechicero vio en aquel huerfano al que todos evitaban con la mirada un prodigio para la magia elemental. Su niñez y adolescencia fue invertida en el estudio de las runas mágicas, pero su verdadero amor y pasión la encontró en la herbolaria.

Conforme el mundo civilizado se fue cansando de las guerras, y los conflictos, el joven Ignis también optó por ganarse la vida de otra forma.

¿Una poción de amor? ¿Un herbicida para insectos de la infraoscuridad? ¿O simplemente la receta de un buen gazpacho de tomate? Al final no todo es tan diferente... El ingrediente secreto siempre es el amor con el que lo haces.

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Las runas no son simples letras o trazos, son símbolos sagrados a través de los cuales se establece contacto con la dimensión divina. Las runas tienen un origen divino, fue Odín quien las obtuvo en un sacrificio. Y, por eso, es través de ese sacrificio como obtuvo su conocimiento y sabiduría.

Una misma runa puede tener varias interpretaciones, cada interpretación evoca una energía primordial particular. El cómo se manifiesta dicha energía dependerá de la conexión del hechicero y su conocimiento del mundo. Por ejemplo: La runa Nauth, la runa de la necesidad, pero no en sentido de desastre, sino de pulsión del destino fijado a las leyes primigenias, es conocer la causa orgánica de todo fenómeno. Ganar conocimiento sobre las leyes orgánicas de la evolución y poder juzgar así sus consecuencias.

Con dicho conocimiento, el hechicero podria predecir en mayor o menor medida el curso de una serie de eventos, llamandolo por así decirlo una adivinación menor. Sin embargo, al conocer el ciclo inherenete del tiempo, un estudioso de las runas más habilidoso bien podría utilizar dichas capacidades para acelerar el crecimiento de los cultivos o corroer el metal. Utilizar la runa Nauth sobre seres vivos pensantes es considerado un tabú que no debería realizarse nunca.

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A diferencia de las runas, la interacción con los elementos naturales es algo mucho más mundano. Generar un vinculo con Gaia no es dificil, de hecho muchas personas comunes que disfrutan de la naturaleza tienen (sin darse cuenta de ello) un vínculo especial con la madre Gaia.

Aprovechar ese vínculo solo es posible mediante el estudio respetuoso de dicha entidad, considerando a la naturaleza como lo que es, un ser divino que se ha consagrado con nosotros en un acto de amor y condescendencia.
Si bien como dije antes, se trata de un práctica mucho más mundana no significa que sea sencilla de dominar; escuchar a la naturaleza y sus diferentes lenguas puede llegar a ser un verdadero reto que puede desencadenar largas noches de investigación, frustraciones y fracasos.

La energía de Gaia y su voluntad se transmite a través de los cuatro elementos primordiales. Dicha energía, sea de paso mencionar puede formar materia mucho más palpable. Los cristales elementales son una prueba de ello.

Si bien por sí solo, un cristal elemental es energía pura concentrada en una materia sólida. Un catalizador adecuado, en conjunto con un habilidoso casteador puede darle la forma deseada para multiples usos. Uno de ellos, el combate.


Las dagas que usa Ignis se encuentran en sintonía con esa energía. Cuentan con un engarce para dichas gemas que le permiten moldear su energía. Se dice que el metal con el que se encuentran forjadas no pertenece al mundo material, fue un regalo de graduación y legado que su difunto mentor le dejó al fallecer.