— Irrelevante. Cuando el contrato lo dicte lo sabré.

-Sacude las manos, reafirma cada parte de la armadura y vuelve a retomar la compostura, la taciturna y cuasi aburrida actitud propia de insípida armadura viviente.

Suficiente obsesión muestra el contrario, suficiente como para ambos. El desagrado se esconde bajo el casco. ¿Y qué necesidad de ultrajar así una presa? No, aquello no es humano. Pocas veces se topa con tan poquísima... Empatía. Es extraño de explicar.