—El toque proporcionado por su majestad era cálido y reconfortante, sentía que no le molestaba para nada permanecer así por largo tiempo, cerró los ojos por unos momentos, aliviada por la situacion. La majestuosa mujer que tenía en frente le hacía sentir relajada y a decir verdad no con muchas personas encontraba paz. Con cuidado se acercó un par de pasos , de esa forma podría continuar su camino al lado de Erzebeth sin retrasarla.— Oh, no diga eso, logrará hacerme sonrojar, señorita Erzebeth.— Agregó con una sonrisa amistosa y algo tímida, sinceramente rogaba que no la hiciera avergonzar, porque en cuanto eso sucedía su torpeza aumentaba inmesurablemente—
*Pese a que la piel de la joven es suave, su experiencia en batalla y el manejo de armas, han vuelto la misma mano, flexible y reacia al mismo tiempo; sin embargo, pese al ligero apretón a la femenina y delicada mano contraria de la dama, tiene el suficiente cuidado de que este sea cálido y confortante, en lugar de doloroso. No lo hace así en absoluto.* Al contrario, el placer es mío y el deleite de escucharla por igual, vale el momento de esta noche. ~
—Su mirada bajó sin más a la mano que se extendía frente a sus ojos. De forma comida extendió su mano hacia la joven mujer frente a ella, apoyando primero las yemas de sus dedos por la suave piel contraria y deslizandolas hacia el costado de la palma, regalando le así una caricia de lo más suave a la piel femenina. Lentamente apoyó su palma sobre la ajena para así formalizar el agarre— ¡Por favor! No debe siquiera preguntarmelo, estaré encantada de caminar a su lado y escucharla~
De hecho, el momento es muy idóneo. ~ *Sin más, la joven guerrera, con el brazo derecho aparta su capa carmesí, para extender su mano a la chica frente a ella, de una manera cortés.* Si es su deseo, me gustaría tener una caminata con usted. ~
