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Love in blue.
 
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SW-User
[...] al tocarla. ¿Habría sentido los demonios que cargaba y escondía tras las sonrisas, la ternura y su coquetería? Por segunda ocasión, deseó tener lo que ella tenía; sólo para entender cómo se sentía. Retrocedió un par de pasos, recomponiéndose antes de intentar sonreír. —No puedo evitarlo. Aún no encuentro algo que me haga quedarme. —Soltó una risa traviesa, acomodándose el cabello detrás de la oreja. —¿Y tú?
SW-User
El frío le recorrió el cuerpo. No fue una sensación agradable. Era como estar parado a mitad de la calle con la lluvia helada del invierno japonés y sentir que tus huesos, no tu piel, se congelaban al punto de no poder moverte más; de sentir un dolor interno tan intenso que sólo podía quitarse con una manta de calor. Lo resistió. ¿Cuándo había sido la última vez que abrazó a su hermana? ... Quizás, la pregunta debía ser, ¿la había abrazado alguna vez? Recordó todas las veces en que Icelyn la había refugiado en su habitación durante un ataque de enojo de sus padres, también rememoró la ocasión en que le contó sobre la historia de amor de sus padres y no entendió cómo terminaron así. Cerró los ojos, porque aunque ya no tenía lágrimas, la inundó un sentimiento de nostalgia que le caló con mayor fuerza que el frío mismo. —Estoy feliz por ti. —Le susurró al oído, prolongando ese abrazo por unos segundos más hasta soltarla. Sabía lo difícil que era para ella, el sufrimiento que sentía [...]
Iceln · F
Icelyn se quedó tiesa por al rededor de un minuto; era bien conocido que ella odiaba cualquier tipo de contacto con otras personas, tanto así que había pasado años sin que se atreviera a siquiera rozar su piel con la de alguien. Las imágenes de la vida reciente de Katara inundaron su mente como si de una película se tratase; a excepción, claro, de que ella veía todo desde la perspectiva de la menor. Miedo, soledad, ansiedad, orgullo, enamoramiento, placer. Icelyn tuvo que luchar contra todas esas emociones para poder regresarle el abrazo a la menor, más consciente ahora de lo que ella estaba viviendo y con la impotencia de no poder ayudarle, porque la conocía... Katara tenía una vida nómada a la que ya se había acostumbrado, no echaría raíces con su hermana ni con nadie más. —No digas nada, Katy. Mi maldición acabó cuando los enfrenté por el divorcio, ¿cuándo vas a acabar con la tuya? Huir solamente aplaza el tiempo de tortura.
SW-User
Reconoció la furia en su hermana. Era la misma furia que la consumía a ella cuando pensaba o recordaba la voz de su padre; la misma que le impulsaba a cometer locuras, a abandonarse a los brazos de alguien o a huir. Icelyn lo sabía; ella había tenido que lidiar con los desastres que su propio caos dejaba. Sin embargo, cuando escuchó su confesión, levantó la mirada. Fue una revelación. Ella no tenía idea, siempre había vivido bajo la sombra perfecta de su hermana, bajo su cariño incondicional y los celos por no ser lo que debía ser. Escucharla decir aquello la fracturó. Sus ojos, confundidos, la miraban intentando encontrar una explicación. —Y yo a ti. —Respondió, mojándose los labios. —Lyn, yo... —Pero no lo soportó más, estiró los brazos para rodear el cuello de su hermana, incapaz de formar más palabras.
Iceln · F
Intentó mantener el temple pese a ver el rostro acongojado de su hermana pequeña; empero, las últimas palabras que salieron de los labios de Katara lograron que Icelyn se rompiera un poco, y nada bueno surge del hielo cuando se resquebraja. —Él puede morirse en lo que a mí respecta. —Espetó, frunciendo el ceño con molestia. —Tú sabes lo que me hicieron y lo que yo permití por tener la aprobación de ambos. No la busques, Katy, tú siempre fuiste la hermana valiente... Siempre tan enérgica, haciendo lo que te complacía sin escuchar sus réplicas. Yo... Yo te envidiaba. —Admitir aquello en voz alta era un gran paso para Icelyn, porque por años había logrado que su fachada de hija perfecta fuese pulcra y realista. Carraspeó levemente antes de retomar su postura y volver a hablar. —No estás sola. Estoy contigo y, lo más importante, te tienes a ti.
SW-User
Medio sonrió. Pero, aunque entendía las palabras de su hermana, le resultaba sumamente difícil aplicarlas. Bajó las manos, únicamente sosteniéndose de pie por las manos en sus brazos. Respiró profundamente, mirándola de la misma forma que la Katara infante lo hacía cuando contenía las lágrimas en sus ojos. —Ya no quiero estar sola. —Susurró, confesándole su mayor temor. Aún así, no se permitió llorar. —No puedo ser lo que papá quiere.
Iceln · F
—¿Por qué habrías de tener algo mal, Katara? —Icelyn le sonrió apenas, sujetándole después los antebrazos para acariciarlos como en antaño, cuando debía tranquilizarla por un regaño. —Solemos ansiar más de lo que podemos masticar en el momento y tú, sobre todo, tienes un espíritu caótico que vaga entre querer amar y entre tener libertad. Solamente debes ajustar tus prioridades, colocarte primero. ¿No es la soledad algo a lo que hemos estado acostumbradas desde niñas? No le temas más.
SW-User
—Ice, ¿hay algo mal en mí? —Murmuró, frunciendo el ceño con la confusión plasmada en su rostro. Después, observó a su hermana, extendiendo sus manos para sujetar su rostro. —A veces... siento que no tengo derecho a nada. Que no lo merezco.
Iceln · F
—Sería irónico, querida hermana, si no hubiéramos tenido a los mismos padres. Creo que en ellos se resume nuestra poca paciencia con las personas.
SW-User
—¿No es irónico que ambas, a pesar de ser tan diferentes, nos cerremos al mundo?

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