-Pudo adelantarse al puchero y hacerle cosquillas, le gustaba su risa de cerdito porque era muy contagiosa, sin embargo, el ataque no duró mucho y así como empezó, terminó con él abrazándola para que durmiera.- Está bien, te cuidaré de las pesadillas.

No piensa soltarlo e incluso anda León de curioso viéndolo todo desde la puerta de la habitación. — Los platos pueden esperar, mis pesadillas no. — Alza el rostro para que vea ese pequeño puchero y luego desaparece en cuanto le empieza a hacer cosquillas del cual no puede evitar reír.

¡Hey! -Estaba riendo, porque esa manera de abrazarse a él ya empieza a reconocerla: no hay manera de que lo suelte.- Pero si no me voy a ir, debo lavar los platos. -De hecho busca hacerle cosquillas, aunque solo prolonga su aceptacióna lo que pida.-

Con disimulo sonrío porque su berrinche fue conseguido y ahora solo se acerca para abrazarlo cuál peluche pero él más que eso. — Bueno.. No te vayas, duerme conmigo. Tendré pesadillas si te vas. — lo está chantajeando y tomando de rehén, todo bajo el estado de ensueño.

La película hace un rato que llegó al final. -Confesó con una risa pequeña, terminando por acostarse con ella, solo para que pudiera estar cómoda. Aunque no va a mentirse, es especial estar así.- Estás muy cansada, es momento de dormir, bonita.

Estaba muy metida en su cálido sueño y el estar tan abrazada a él da entender que tiene un dulce soñar. — Mhm.. — Pronto, sin ser brusca, despertó y lo ve de reojo. Se acerca al oído más próxima a ella para susurrar. — No quiero, quiero que sigamos viendo la película. — ¿Es un berrinche? Si y estando dormida.

Iv... Ivette... -Lo tomó con tal fuerza del cuello que casi pierde el equilibrio. Apretó los labios para no reírse o quejarse, era como una niña mimada. Muy despacio la llevó hasta la cama, pero no lo soltaba y eso ocasionó que casi la aplastara.- Bonita... Suéltame. -Susurró, haciendo equilibrio con ella aún en brazos.-

Ni se inmutó que él ha corrido la mesa nada la despertaba, al parecer está bajo un profundo sueño. — . . Quiero mi croissant.. De Bruno. — Cuando la cargo en sus brazos, él puede sentir como se le apega y lo abraza con fuerza; vaya a saber que está soñando.

¿Qué esta chica ni dormida deja de ser adorable? -Murmuró para sí mismo. Decidió llevarla a su cama, empujando la mesa lo más suave que pudo, deteniéndose cuando hacia demasiado ruido. Por pausas, logró hacer espacio y cargarla en brazos.- Ok... No despiertes, bella durmiente.

Prácticamente estaba casi aferrada al muslo masculino y es penoso porque estaba muy entusiasmada con ver la película. — Mhm.. Croissant. — Murmura dormida; conste que ama comer.