Quizás el alcohol estaba haciendo efecto o ese toque tan delicado en sus cabellos y ese golpecito provoco que se sonroje muy levemente pero no quita a que no lo mire. — Entonces, beberé más seguido. — Susurró en un tono cómplice y dulce.

-Acomodó un poco sus cabellos, terminando por dejar un golpecito en su nariz que también estaba roja.- Si voy a perseguirte cada que consumas alcohol, no solo seré feliz, también tendré un propósito.

Buscó la manera de quedar de pie pero frente a él, entre sus brazos. Sin embargo, ese comentario hizo abrir un poco más los ojos y dejando que el rubor de note en los pómulos. — ¿Crees que serás feliz conmigo, querido príncipe?

-La comparativa con un príncipe lo hizo reír, pero vaya que la cargó como una princesa en el momento en que su fuerza se terminó. La sostuvo entre sus brazos un momento, sonriendo lo más gallardo que pudo.- ¿Ahora viviremos felices para siempre?

Eso es cierto, ahora tendrás que ser mi príncipe que me rescata. —Estaba colgada cuál chimpancé a una rama pero pronto las piernas se cansaba y comienzan a ceder. Espero que esté cerca para soltarse, confiando en él que la iba agarrar.

¡Vaya que lo eres! Pero no tienes el traje y no debes revelar tu identidad. -Con una risa divertida, se colocó bajo su espalda, dispuesto a ayudarla a bajar.-

¡Mira, Bruno! Soy spiderwoman. — Seguía de cabeza y con esa cerveza dándole vuelta.

¡Ya decía yo, que pruebes alcohol es mala idea!