Oh, eso suena a mucho amor y claro que me interesa. Aparte un poco de ejercicio no me vendría mal. — Los pómulos franceses se tiñeron en un notorio rosado por el comentario de Zoé a quien le regala un besito volador. — Muaah.~ Bonita.

No son perros ni menos gigantes, son crías bastante adorables, a diferencia del enorme perro que aparece en su fotografía, se conformaran con un par de caricias al día y un paseo al parque. ¿No te interesa?

— Ivette, qué perro. Qué perro culazo.

¿Ir.. Tú y yo? ¿De misión? —Ahí viene ese pudor, es tan torpe que da ternura a veces pero por el momento lo controla. Vuelve a dirigir la vista a Ragnar, sonriendo divertida casi riéndose; no se él, claro, es por la escena que se le avecina a la mente ella y dos lobos. — Nunca cuide lobos pero han de ser como perros gigantes. ¿Me equivoco?

Comprendo, eres una niñera de mascotas. ¿Cuidas lobos?. tengo un par de cachorritos revoltosos en mi taller, a veces hace falta quién los saque a pasear y distraerse.

¡Suena como una increíble iniciativa! De hecho, dudo que no exista ya. Deberíamos buscarlo. Esa será la misión. -Desde hace mucho quiere un gato y si un lugar como el que piensan, está en la ciudad, irá directo a el.-

Debería existir un sitio donde los que no podemos tener mascotas puedan ir a llenar ese espacio que desean. — Volteó el rostro hacia el otro hombre. — Oh, no es mío. Es el perro de una compañera que cuando le toca turno doble quedó como niñera.

Vaya, que lindo perro posees.

Somos dos, por eso siempre que veo alguno en la calle, los lleno de mimos, incluso a las mascotas que tienen mis amigos.