El peliverde se encontraba risueño y feliz, solo quería probar su traje nuevo, quería saber que mejora pudo haberle hecho la pelirosa, probar sus habilidades y movimientos. De seguro habría hecho un buen trabajo como siempre. Mientras ella se venia acercando con su traje, el quico quería saber de manera ansiosa las nuevas mejoras.

— Entonces Mei-San, me hablas un poco de las nuevas mejo.... —

Entonces la chica cae encima de él. Mientras comenzó a sonar una canción de opera en su mente, se había repetido algo que le ponía sumamente nervioso. El solo hecho de sentirla encima de él, dejando a la vista descuidadamente su playera abierta, lo trabó como de costumbre y su cara se puso roja de golpe. A pesar de que ella se levantó rápido, el chico seguía en estado de shock en el suelo.

— ¡GRA-GRA-GRACIAS ME-ME-MEI-SAN! —

Solo agradecía incoherentemente, sosteniendo el traje en sus manos. Hasta que finalmente se puso de pie.