Ahora que estaba de pie evitaba mirarla, como si eso ocultara de alguna forma su nerviosismo. Forzó una sonrisa sin que se quitará el tono de piel rojizo y asentía con su cabeza a lo que la chica hablaba.

— ¡E-Estoy bien...! N-No actuó raro... —

Poco a poco volvía a mirarle cuando escuchaba las mejoras que le había hecho al traje. Lo comenzó a abrazar mas fuerte y ahora su timidez había desaparecido. Con sus ojos brillosos de entusiasmo, le sonrió, esta vez de verdad.

— ¡WOOOHH! ¡Mei-San! ¡Esas son muchas mejoras! ¡Esta claro que eres mas que estupenda! ¡MUCHAS GRACIAS! —

*le cae una gota estilo anime de la frente al ver inmovilizado y tenso en el suelo, como si se hubiera congelado de sopetón*

¿Etto .... estás bien..?

*estaba por ayudarle pero ve que se levanta solo y suspira*

Cada vez actúas mas raro....

*se rasca la cabeza y saca una amplia sonrisa*

Bien pues mi bebé numero 362 es igual que el que tenías, solo que ahora tiene algo mas de resistencia, y aunque no sea mucho también es mas ligera que su versión anterior !

*saca pecho y ríe con mucho orgullo*

¡ HOHOHOHOHOHO ! ¿A que soy estupenda?

El peliverde se encontraba risueño y feliz, solo quería probar su traje nuevo, quería saber que mejora pudo haberle hecho la pelirosa, probar sus habilidades y movimientos. De seguro habría hecho un buen trabajo como siempre. Mientras ella se venia acercando con su traje, el quico quería saber de manera ansiosa las nuevas mejoras.

— Entonces Mei-San, me hablas un poco de las nuevas mejo.... —

Entonces la chica cae encima de él. Mientras comenzó a sonar una canción de opera en su mente, se había repetido algo que le ponía sumamente nervioso. El solo hecho de sentirla encima de él, dejando a la vista descuidadamente su playera abierta, lo trabó como de costumbre y su cara se puso roja de golpe. A pesar de que ella se levantó rápido, el chico seguía en estado de shock en el suelo.

— ¡GRA-GRA-GRACIAS ME-ME-MEI-SAN! —

Solo agradecía incoherentemente, sosteniendo el traje en sus manos. Hasta que finalmente se puso de pie.

*esta se despertó de pronto por el comentario del varón, esta trabajó hasta muy tarde sin descanso para terminarlas, se levantó y bostezó somnolienta acercándose al chico con su equipo nuevo*

No ha sido nada De...De....ku....ZZZZZzzz.....

*cae encima de este aplastando sus oppais en su abdomen, al instante se despierta de nuevo*

Hmm ....acabo de tener un Deja vu de esto.....

*se bofetea asi misma para despertarse y se levanta un poco mas animada*

¡¿Estás bien Midoriya-kun?!

El peliverde, al escuchar el llamado, se dirige hasta el taller de la UA, no se demoró casi nada en terminarlo a penas había pasado un día. Cuando entró a la habitación ahí estaba la pelirosa, haciendo notar su esfuerzo en su ropa.

— M-Mei-San... ¡Eso fue rápido! ¡Gracias! —

*un día mas tarde le llaman por el altavoz de la academia que fuera al taller de I+D a recojer su equipo que estaba preparado, ahí estaba la pelirrosa con manchas de grasa y aceite de trastocar tanto los materiales, pero ante todo su equipo estaba nuevo, limpio e impecable, se notó que le dió todo su esfuerzo en ello*

Escuchó con atención el dilema de la contraria y lentamente sus ojos comenzaron a brillar de admiración por la pasión que sentía por su oficio, era alguien digna de sentirse orgulloso.

— ¡Esta bien Mei-San! ¡Esperaré tu aviso! Y... ¡¡MUCHAS GRACIAS!! —

Tras decir esto el peliverde se retira del lugar para no seguirla molestando, de seguro gran parte de su trabajo necesitaba una concentración enfocada.

.....

*se pronto se sintió un poco mal al ver la reacción del peliverde, con una mirada pensativa suspiró y sonrió con ánimo*

Vale vale.. lo siento no quería regañarte lo retiro, de seguro que lo hicistes con muy buenas intenciones, pero tu habilidad es luchar y rescatar, la mía es crear inventos y reparar, no intentes quitar el trabajo a los demás, estamos para ayudarte, no estás solo.

*sonríe ampliamente mostrando los dientes*

¡ Ahora vete, voy a estar en el taller reparando a mis preciosos bebés, te avisaré cuando estén listos !

La alegría que aparentaba por fuera no concordaba con la amenaza que le estaba haciendo. Los ojos eran prácticamente de un asesino, lo que dejó pálido y mudo al peliverde, a la vez comenzó a sudar frio. Tragó saliva antes de hablar con una voz muy aguda.
— Y-Yo si podía t-traerlas... S-Solo que p-pensé que te e-enfadarías... P-Pero veo que i-intentar ingeniármelas fue p-peor... ¡LO SIENTO! —
Agachó la cabeza apretando sus parpados, mostrando miedo y arrepentimiento. Dejó que tomara su traje libremente para no molestarla de nuevo. Solo volvió a levantar su mirada para intentar alivianar su conversación.
— ¡C-Claro! ¡D-De seguro quedarán mucho mejor! ¡L-Lo dejo en tus manos! —

Yayorozu*