[code]Esa energía es la que faltaba en la mujer. Esa provocación, la que reconocía muy bien; una sonrisa mucho más picara se dirigió a Imazumi, controlada por sus instintos. —Y tampoco la cantidad, pequeña. —La seguía moviendo junto a él, como un baile de rock. —Que tan buena cazadora serás, me preguntó. Ya quiero ver esas garras, relucir. —Hizo una pequeña pausa para acercarse, —Y entonces, derrotarlas con las mías. [/code]

—Seguramente te dejaré asombrado con mi técnica. No me menosprecies.— Infló la mejilla y murmuró, por un lado feliz por las caricias, por otro renegando por tales declaraciones.— La experiencia en la caza no la da sólo la edad, lobo viejo.— Sí, lo decía con intención de provocarlo.

[code]—Sirvete, ya tendré tiempo para salir por más. —Verla tan movida le causaba cierto tipo de ternura, empalagosa. Cruzó sus brazos en espera cuando froto sobre su pelaje femenino un par de caricias; tiernas, como si tratase de cuidar de su familia en cierta forma. —Tenemos tooooodo el tiempo del mundo, pequeña. Te llevare a cazar conmigo después, aun no me has enseñado tus garras. Necesitaras mucho para ganarme en eso. —Era un modo de jugar con ella; su sonrisa, como siempre, no paro de palpitar. [/code]

—¡Qué magnifica presa has traído! Mereces una felicitación por tu valentía y tu destreza. Eres un lobo admirable... Aunque dudo que dure todo el invierno, tengo un gran apetito, enserio, un ENORME apetito.— Cada vez él ganaba más respeto por parte de Kagerou, quien agitó la colita con mayor rapidez, también sonrió mostrando sus blancos colmillos, una expresión bastante lobuna. — ¡Aaah, se ve tan rico!

[code]Le enseña una muy buena cantidad de carne. Una mirada cerrada con una gran cantidad de honra y orgullo. —Traje la cena, para todo el invierno. [?][/code]