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-Estaba solo a la intemperie, una zona apartada, sólo la compañaba el pasto, los árboles y su pensamiento. Entrenaba, certeros movimientos con su espada, que como el oro resplandecía. Una y otra vez el mismo tajo, en una rutina con la cual buscaba no perder la destreza.-

No puedo descansar si pretendo protegerla... -Hacía eco tales palabras para sí mismo entre sus ideas, sin perder el enfoque de su sesión.-
 
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I1551916 · 31-35, M
-Su mirar había caído oculto de a momentos, los gajos labiales ajenos de alguna forma lo sumían en un hechizo dulzón, donde incluso en medio del silencio, con el tacto podía comunicarse a la perfección para con ella.

Se mantuvo sonriente y, sin liberarla de su aprehensiva sujeción, se aproximó al pequeño campamento que había armado cerca de donde entrenaba momentos atrás, había una tienda de campaña, una bolsa con cosas y lo que parecía ser un espacio reservado a una fogata.-

¿Galletas de colores? Se ven muy apetitosas, muero por probar cada una de ellas. -Le marcó la frente con un beso, colocándola de pie en el suelo nuevamente para buscar entre sus cosas un gran mantel, que conveniente habría traído entre sus cosas, y lo estiró cerca de las demás, para hacer un picnic improvisado y un espacio donde pudiesen comer tranquilos.-
SW-User
-Perdió contacto al suelo aferrandose mas a él, entonces sus manos apremiaron a un abrazo, en tanto sus rosados de tono palo de rosa estando medios pintados para no parecer tan pálida, se unieron en el beso al extinguir un suspiro entre estos, del mismo modo que una llama desaparece.- ¿De verdad quieres? -Con autentico sigilo desató un pequeño bolsito que llevaba ajustado a la cadera, y al abrirlo terminó por volver a untar la pequeña complexión de sus labios para saborear los de él, sintiendo por un momento que acariciaba el alma de ese hombre.- Aquí, aquí...~ -Una diversidad de galletas en colores y formas se mostraba habiendo sido recién horneadas.-
I1551916 · 31-35, M
¿Galletas? -Por alguna razón aquella palabra había provocado una sonrisa llena de felicidad, pues en medio de su lealtad, adoraba cualquier gesto que la Quincy preparase para él. Venían a bien, pues gracias a su entrenamiento ya era necesario comer.-

No, no vas a ninguna parte. Me encantaría probar de tus galletas, morita. -Sus brazos se acomodaron como grilletes tras ella, y aplicaron la fuerza necesaria para levantarla del suelo por unos momentos en los que dejaba su valiente mirada perderse en ella, momento durante el cual alcanzó a usurpar un beso de los gajos femeninos.- Y serán para compartir entre los dos.
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Yo... -Sin duda que fue tomada por sorpresa, y su aliento suspendido yacía en su garganta.- ¡No sólo vine a espiarte! en realidad vine a dejarte unas galletas que preparé para ti. -El beso quedaría como esencia en su mejilla, como un estigma maravilloso que la hizo entrar en confianza, ya que, ahora fue ella quien se colgó del cuello de su novio para encontrar algún resquisio de cariño mas.- Entonces te dejaré lo que preparé, y no interrumpiré tu entrenamiento, puedo venir mas noche...
I1551916 · 31-35, M
¡H-hey! -Él impulso de la dama violeta usurpó una sonrisa de aquel mercenario, siendo él un sujeto endurecido por las incontables luchas, que por alguna razón, suavizaba a causa de ella. Le abrazó sin dudar, ladeó el rostro sólo un poco y un beso dejó sobre la mejilla opuesta.- Debes saber que yo a ti, Siggy. Estás segura conmigo. -Sus brazos la acogieron, posesivos y protectores, pues por ella se expondría a lo que fuese, sería su escudo y espada, sería como un caballero.-

Aunque me espíes... ~ -Rio de forma ligera, mecía su ser de lado a lado y así el de ella en la unión.-
SW-User
-El rosáceo de los pomulos de ella advirtió un florecimiento en tonos que alcanzaban el rojo. Las mejillas eran saturadas de emociones, sobre todo al escuchar el ritmo constante e impulsivo que fluctuaba desde el pecho ajeno.- Por eso te amo con toda mi alma! -Sorpresiva era su emoción, y arrebatada, al abrazarle frotando la mejilla contra el pecho, en cuyo compás parecía un arpegio, una alabanza de dioses.-
I1551916 · 31-35, M
Sí, mi espada. Y no aquella. -Ladeó a observar de reojo el arma que habría dejado atrás, con la cual parecía entrenar momentos anteriores.- Mas la que llevo aquí...

-Sus propios dedos encontraron el camino hacia los finos falanges de su chica, ella a quien protegería, tomando su mano con cuidado, guiándola hacia su propio pecho, donde la haría reposar sobre el punto donde eran más fuertes sus latidos.- ¿Lo ves? Hablo de esta.
SW-User
¿Solo tu espada está para protegerme? ¿y si la pierdes? -Con gran deshaire bajó los hombros, ante una respuesta como esa.- ...no me interesa tu espada, deberías hacerlo con tus propias manos tal y como yo te protegería, mi vida.


-Aprovechando la cercanía aspiró a un contacto entre pieles, deslizando sus dedos contra los de su encantado príncipe-
I1551916 · 31-35, M
-Su semblante hacía denotar su concentración, misma que se quebró como el vidrio ante la sorpresa de su espía. Dio un último tajo al aire, antes de clavar el arma sobre la tierra, sacudiendo ambas manos, antes de girarse en torno a la morada.-

Buenos días, Sieglinde... ¿Curiosa? -Inquirió y dio los pasos necesarios para acortar la distancia con la Quincy, sacudiendo el sudor de su frente con uno de sus brazos.- Pues trato de mantenerme en buenas condiciones.. Mi espada está para protegerte, pequeña mora.
SW-User
A...a ¡¿quién protegerías?!

-Su dedo índice del correspondiente costado derecho apuntaba y señalaba al único a quien espiaba, quizá lo llevaba haciendo desde hace bastante, pero ciertamente después de esa frase al aire se propuso saber, aunque parara el precio delatándose.

Juntó las cejas , y volvió a preguntar.- ¿A quién? debería... debería ser a mí. -Respiró el pesado aire y se resistió a la gravedad, mucho mayor a su percepción.-

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