Notes
The Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
Ophelia1576351 · F
.✫*゚・゚。.☆.*。・゚✫*. ᴛʜᴇ ᴀᴜᴅɪᴇɴᴄᴇ ˎ ˊ ˗
Su primera vez sola. Desde su primera misión, acompañada por Abner y que resultó caótica, se preguntó como lidiaría sola con la responsabilidad cuando llegase el momento. Y allí estaba, luego de días viajando en tren, barco y avión había llegado a su destino. El monstruo que había estado rastreando era muy inteligente y escurridizo, así que llevaron meses hasta que finalmente pudo dar con una posible ubicación. Su tarea era simple a partir de ahí: entrar, eliminar a la bestia, tomar sus uñas con propiedades curativas y salir. No, ser semidiosa no era sinónimo de cazadora de abominaciones, pero sí cuando ponía en riesgo el equilibrio que mantenía su mundo y la humanidad.
¿Por qué la eligieron a ella? De la cabaña de Iris, era la ilusionista con mayor control lo cuál convertía la fortaleza de su contrincante en debilidad: su gran visión, que Ophelia podría burlar fácilmente con sus poderes. Para no arriesgarse, decidió usar su energía lo menos posible guardándola para el inminente enfrentamiento que la esperaba, así que se movía entre los árboles con toda la cautela posible considerando lo descubierta que estaba.
Siguiendo su mapa, decidió acampar a varios kilómetros de la cueva donde sospechaba que se escondía y al día siguiente llegó allí invisible ante cualquier ojo curioso y su futura víctima. Inspeccionó la zona buscando alguna pista de si aún seguía por allí o se habría acercado al río, se decía que esas criaturas tenían afición por la humedad. Nada. Cuando toda la esperanza estaba perdida, se apoyó vencida contra un árbol decepcionada de volver a estar en cero con la búsqueda.
Enseguida pudo sentir como una sustancia babosa se pegaba a su espalda, lo cuál generó esa sensación de que el tiempo corría cada vez más lento mientras elevaba la cabeza hacia la copa del árbol. Distinguió entre las ramas a su objetivo durmiendo plácidamente, no lo podía creer. Una gran sonrisa apareció en su rostro, a pesar del olor nauseabundo que llevaba sobre ella...al fin lo tenía. Mientras saboreaba la deliciosa comida del campamento que devoraría una vez que regresase, se ponía en posición de disparar con su arco y apuntaba al blanco. A penas disparó la flecha, que sí bien le dio a la bestia pero no fue mortal, escuchó como una voz de mujer resonaba en el viento.
—¿Quién se atreve a condenar a mi amigo sin un juicio justo?