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[code]Nacida en una colonia conquistada por el reino de Camavor, Isolde fue un costurera muy pobre. A pesar de su situación, desde muy pequeña fantaseó con un mundo de aventuras y Realeza, lo que la hizo coser una pequeña muñeca de trapo que encarnaba esos inocentes sueños, Gwen.

Cuando el rey Viego ascendió al trono de Camavor, conoció a la joven Isolde durante una de sus visitas a las colonias conquistadas. Fue amor a primera vista, e iniciaron un romance a escondidas que terminó con el compromiso de la joven pareja y posterior matrimonio.


Durante un tiempo, fueron muy felices. Isolde se convirtió en el más grande soporte de Viego, logrando que el rey fuese el hombre más querido y respetado por sus vasallos. Temiendo el peligro que ello significaba, los enemigos de Camavor maquinaron un atentado para asesinar al rey; y aunque el ataque se perpetró, fue Isolde quien recibió la daga envenenada.

Conforme la reina sucumbía al veneno, la sanidad mental de Viego se deterioraba en su desesperada búsqueda de una cura para Isolde. Fue así que Kalista, su sobrina y General más leal, encontró las Islas Bendecidas. En ellas existían las Aguas de la Vida, capaces de curar cualquier enfermedad. Pero antes que pudiese llevar las noticias a Camavor, Isolde había fallecido.


A pesar de las advertencias, el rey se llevó el cuerpo de Isolde consigo y acompañado de su ejército obligó a los nativos de las islas llevarlo hacia las aguas. Ellos se negaron y Viego, motivado por su obsesión, mandó matar a todo aquel que se negara a su voluntad, excepto por un hombre que se ofreció a llevarlo directo a las Aguas de la Vida.


El rey sumergió el cadáver de Isolde a las aguas, ella regresó a la vida como un espectro enardecido y lleno de dolor. Tomó la espada encantada de Viego y, en medio de la confusión, le atravesó el corazón. La magia de las aguas y la espada desató un cataclismo mágico que envolvió las islas a la Ruina.[/code]