Yanfei sin duda era una joven ocupada, muchas personas acudían a ella día con día pues era la única que hacía valer la ley como era, sin tintas a medias. Había pasado tanto tiempo inmersa en sus libros que la invitación de la directora no sentó nada mal. Aunque sus comentarios otros los podrían interpretar fuera de lugar, solamente se trataba de una persona cuya perspectiva era muy diferente a la de los demás. —Me parece bien, acepto tu invitación...pero no hablemos más acerca de mi funeral.
—Tampoco yo, aunque la idea de organizar tu funeral me emociona.— Era tan excéntrica, que casi todos los que la conocían huían de ella, quizás el vivir circunstancias similares le hacía sentir que Yanfei era algo asi como un alma afín. Después de todo, debía caerle bien si aceptaba pasar más de dos minutos junto a ella.
—Pero mientras eso sucede, podríamos simplemente disfrutar la vida. ¿Quieres venir a la funeraria a tomar un poco de té?
Ciertamente la directora de la funeraria era de las pocas personas que acudían a ella solicitando ayuda, muchos decían cosas acerca de ella pero a decir verdad no causaba tantos problemas. —Bueno, de igual manera no espero que eso sea pronto...- Acomoda su sombrero y se aparta un poco.
¡Tu funeral será el más hermoso que Liyue ha visto!
Habrá mariposas brillantes por todas partes, flores de seda y todos cantarán canciones en honor de la abogada más aprovechada que el mundo ha conocido. -Cierra uno de sus ojos y con su índice empuja suavemente el sombrerito de Yanfei.-
