—Cierto —respondió tras un suspiro, que fue el único pequeño gesto de resignación que se permitió. Acomodó al felino en su regazo, dónde poco a poco iba quedándose más tranquilo, mientras ella hundía los dedos en el pelaje blanco, acariciándole entre sus orejitas.

Su mirada sin pupila se perdió entre las hojas de los árboles, este tanabata el clan tenía previsto celebrar un consejo en la Mansión de Verano de su Padre. Como heredera tenía muchas obligaciones, para iniciar mañana pasará el día entre sellos e invitaciones personalizadas para todos los asistentes. Esto suponía semanas alejada de su equipo y sus amigos. Estos pensamientos le causaban cierta tristeza, pero el aperitivo que les sirvieron cambió su humor.

—Aah. Muchas gracias, Neji Niisan! Estoy segura de que esto me dará fuerzas para mañana — inclinó la cabeza con una sonrisa, en un gesto muy propio de ella y tomó algo de pastel — ¡Es delicioso! El toque de especias acentúan el sabor dulce... Me pregunto cuáles serán