-El frío de la mañana tenía a la rubia acurrucada contra el cuerpo del pelirrojo. A pesar de ser una dragona, tenía costumbres muy peculiares y caprichos con los cuales, se mal acostumbró. Sonreía en sueños y de pronto, pararía la trompita y volvía a reír tontamente en sueños. De pronto lanzó una brazada sobre el pecho de Antares y se volvió a acomodar para seguir durmiendo.-(??)

-Eran pocos centímetros, podían sentirse sus labios rozarse, una unión tan amada, tan esperada entre los dos, la disposición perfecta a estar juntos y por fin, dejar que todo lo que sentían saliera a la luz-

.....

-Y así, el bermejo despertó primero, abrió sus ojos muy lentamente con su mirada aún borrosa; la memoria de ese sueño era fresca, y antes de pensar en algo más...

Se encontraría con el rostro de Hikaru tan cerca como anteriormente, ambos habían dormido abrazados tal parece ¿Habrían tenido el mismo sueño?-

—A-Antares...—

-casi de manera involuntaria, su diestra se desliza por el pecho ajeno, aferrándose a la solapa de su chaqueta. La intención era clara y su corazón desbocado exigía que le permitiera llegar hasta dónde él quisiera.

Retuvo de nuevo el aliento y en consecuencia, abandonando cualquier indicio de cordura, cerró los ojos y esperó con silenciosa impaciencia, el momento en que la unión finalmente sucediera.-

Hikaru...-Era demasiado real, podía sentirla entre sus dedos, sentía su corazón palpitar dentro de su pecho, es como si se tratase...¿De la realidad? Lo desconocía, pero la sensación era verdad, era algo imposible de emular falsamente-

Creo que voy a tener que cumplir mi amenaza...-Su diestra la afirmaba contra el, sus cuerpos tan cerca, sus rostros a centímetros, no tuvo el temor y avanzo con su rostro, la peligrosa intención de besarla era clara-

-El abrazo la puso más nerviosa. De hecho, que los dedos ásperos del pelirrojo toquen su mejilla, la hacen temblar. Retiene el aliento como si temiera hacer un movimiento que pudiera romper con aquella... ¿Visión? ¿Alucinación? ¿Fantasía? Y clavó finalmente, los ojos azules en los ajenos.

—Entonces... No... No lo haré... —Logró responder con voz temblorosa, sin apartar para nada, la vista de la ajena.-

No quiero que lo cambies

-Da un paso hacia adelante, uno de sus brazos la rodea, mientras el otro le busca la mejilla, quiere desviarle la mirada hacia el-

Así me gustas, tal y como eres

-Y es esa forma en que la mira lo que pone a Hikaru nerviosa y acalorada.-

—Tendrás que soportarlo... Soy así y no cambiaré... —Pero desvía la vista para ocultar el fuerte sonrojo que le causó.-

.....

Odio que me gustes tanto por eso -¿Quien dijo que la coquetería había terminado? Sus palabras estaban acompañadas de su intensa y rojiz mirada sobre esos ojos azulados tan pacíficos-

—Ya está. Entonces estamos en las mismas condiciones.—Y así fue como la coquetería terminó en una lucha de poderes-(?)

Y yo conocí el exterior desde que abrí los ojos en este mundo; si tú no tienes miedo, mucho menos yo.