-Alzó ambas cejas al escuchar el nombre ajeno.

—Antares... —Repitió ella en voz baja, impresionada por su nombre.

—Como la estrella —Continuó, con esa voz de sorpresa y admiración. Entonces no pudo evitar sonreír con sincero alivio. —Es... como si la estrella de la suerte por fin me iluminara. —Soltó una risilla divertida y comenzó a andar hacia el frente, ahora siendo ella quien dejara atrás al varón. No tenía prisa por volver a casa, de hecho, no sabían que ella estaba viajando de vuelta a su hogar luego de haber estado en otro reino por mucho tiempo. -