Akira asintió ante las palabras de Helena y desvió su rostro hacia la ventana, observando a sus compañeros retirarse, segundos después, el auto arrancó y la imagen de la escuela desapareció, así también como todo pensamiento relacionado con ello.

Reposo su cabeza sobre la cabecera y entonces cerró un poco sus ojos, tratando de conseguir un poco de descanso, puesto a qe la escuela había sido muy pesada y estricta en estos últimos días, un suspiro abandonó sus labios y abrió los ojos, centrando su atención en la castaña.

-¿Qué tal tu día?