— Claro. Cualquiera que lo vea dirá ''Oh, ese humano es de Lenore. No hay que tocarlo''. ¿Ves? Pienso solo en tu bienestar. (??)

— Ah, para eso es realmente el anillo. (?) -Bien inocente él.

— Si crees que te quitaré el anillo tan fácilmente estas mal. Así todo mundo sabe que eres mío. (?) —

—Descuida. Yo también pondré de mi parte. Después de todo, no necesitas siempre ese anillo. Las cosas salen mejor cuando se hacen desde el corazón, por tonto que suene.

Todo iba bien, hasta que se atrevió a mencionar a sus hermanas; carraspeo ligeramente antes de responder. — Tratare de hacer lo que este en mis manos cómo diplomática. Pero no aseguro resultados totalmente positivos. Conoces a Carmilla. —

— En eso tienes razón. —Soltó una risilla para calmar un poco sus emociones. Tenía que comenzar a relajarse después de todo. — Sí que lo estamos. Siempre y cuando puedas controlar a tus hermanas. Sabes que cuentas conmigo.

— ¿Tu imprudente? ¿Cómo crees? — No pudo evitar soltar una risa ligera ante su propio sarcasmo. — Esta bien que trabajes, pero no necesitas disimular conmigo. Así estamos bien, ¿No? —

—Será mejor que me ponga a trabajar antes de que mis comentarios sean más imprudentes. (?)

— ¿Entonces a que te referías? Me da curiosidad. Y gracias, ya lo se. —

— N-No. No me refería a eso. Pero debo admitir, que tu cabello es muy hermoso. (?)