— Su obstinación no la llevará muy lejos si sólo piensa en moverlo de la nada. — Aclaró y dio un sorbo profundo a su bebida hasta casi agotarla.

— ¿Qué opinas de Carmilla, Alucard? ¿Crees que realmente su plan funcione?

Tomó la copa, luego sonrió al ver el contenido. Se había acostumbrado a la comida humana, pero por alguna razón consideraron que no debían dársela.

— El castillo está muy dañado, y Carmilla quiere que se mueva... Pronto. Quiere ir a las granjas. —

— ¿Y eso? — Preguntó y a su vez ofreció una copa. Aunque de esta no brotaba vino, sino sangre. Él obviamente siempre preferiría las uvas.

— Parece que tuviste un día largo.

Rodeó el sillón individual donde se sentaba el forjador, para poder acompañarlo en otro mueble similar.

— Tuviste suerte, te tocó la vampira agradable. — Claramente se le veía fastidiado, incluso se masajeó una de sus sienes intentando mitigar el dolor de cabeza.

— Me tomaré muy enserio lo de la jaula lujosa. — Saca una pequeña nota con todas la peticiones que hará a Lenore. Entre ellas destaca "vieño personal, telescopio, libros de alquimia prohíbidos, historia de los Belmont vol I, y un largo etcétera.

— ¿Vino? Qué buen servicio tienen los prisioneros aquí. —