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Así como regañó a Jimbe y a Rayleigh por tocar lo que era para su futuro esposo (?) ella también quería limitarse para no dejarlo con hambre, no se lo perdonaría jamás.
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Hebihime · 31-35, F
Puso derecha su silueta luego de la animada despedida del pirata de goma, estiró su brazo y con suaves movimientos pausados emitió su despedida a su ser amado, aún no desaparecía de su campo de visión y ya lo estaba extrañando como si llevará ausente una eternidad.-
Te amo, Luffy... vuelve con bien...
-Lo susurro casi al borde de las lágrimas, era real su preocupación con ese entrenamiento tan severo, si algo le pasaba no se lo iba a perdonar jamás sin embargo el detener su progreso tampoco era parte de sus deseos, solo quería que fuera feliz y cumpliera sus metas, ese era el tipo de amor que ella sentía.-
¡Ten un buen viaje!
-Grito al final, tras recuperar un poco de ánimos.-
Te amo, Luffy... vuelve con bien...
-Lo susurro casi al borde de las lágrimas, era real su preocupación con ese entrenamiento tan severo, si algo le pasaba no se lo iba a perdonar jamás sin embargo el detener su progreso tampoco era parte de sus deseos, solo quería que fuera feliz y cumpliera sus metas, ese era el tipo de amor que ella sentía.-
¡Ten un buen viaje!
-Grito al final, tras recuperar un poco de ánimos.-
User1578325 · 22-25, M
Dispuesto a seguir con el entrenamiento de su haki, y dominar a todas las bestias de aquella Isla, Luffy comenzó a hacer ciertos estiramientos para que la digestión le ayudara a reducir esa enorme barriga. Así fue como el pirata terminó por volver a ser el chico delgado que era.
— Bueno Hancock, me voy a entrenar ¡Nos vemos en unos días!
Dicho eso planeaba irse, pero antes de ello, se acercó a la emperatriz y le rodeó con sus brazos en un extraño abrazo, extraño pues aún no aprendía a darlos correctamente, solo sabía que a la Hebihime le gustaba esa clase de cosas, y por agradecimiento y complacencia lo hizo.
— Ahora sí ¡Me voy!
Se separó tras sus palabras y corrió a la salida del palacio de la emperatriz, para dirigirse a las costas de Amazon Lily.
— Bueno Hancock, me voy a entrenar ¡Nos vemos en unos días!
Dicho eso planeaba irse, pero antes de ello, se acercó a la emperatriz y le rodeó con sus brazos en un extraño abrazo, extraño pues aún no aprendía a darlos correctamente, solo sabía que a la Hebihime le gustaba esa clase de cosas, y por agradecimiento y complacencia lo hizo.
— Ahora sí ¡Me voy!
Se separó tras sus palabras y corrió a la salida del palacio de la emperatriz, para dirigirse a las costas de Amazon Lily.
Hebihime · 31-35, F
... Amazon Lily, tanto que para todas las que estaban cerca, ese grito representaba una victoria, una que festejaron con gritos, aplausos, alabanzas y cantos de felicidad por conseguir llenar esa pancita que parecía barril sin fondo.
Aunque no era el caso de Hancock, ella simplemente se dejó caer con ambas manos presionando su pecho, de espaldas para que no fuera evidente su rubor ni vergüenza.-
Aunque no era el caso de Hancock, ella simplemente se dejó caer con ambas manos presionando su pecho, de espaldas para que no fuera evidente su rubor ni vergüenza.-
Hebihime · 31-35, F
-Que aceptara su ofrecimiento no era nuevo pero si esperaba una reacción diferente, es decir, que le quitará la fruta directamente de la boca con la mano o que se riera de ella antes de hacerlo, pero por el contrario a sus pensamientos, lo hizo tan lento que se quedó hipnotizada con la sensación que dejó en ella, casi podía memorizarlo y hacerlo parte de si misma. Sin embargo lo que terminó de petrificarla fue esa sonrisa que le regaló al final.
Parecía irónico que la emperatriz conocida por convertir en piedra a los hombre ahora era quien no conseguía librarse de esa preciosa escena que acababa de vivir. Lentamente la cara se le puso roja de frente a barbilla, incluso creía que no podía respirar.-
Waaaah... ~~~
-Consiguio moverse solamente cuando las palabras del muchacho hicieron eco en toda la habitación, como una misión cumplida que alegro incluso a las guardas fuera de la habitación. Esa alegre y cantarina voz resultaba encantadora para todas las habitantes del ...
Parecía irónico que la emperatriz conocida por convertir en piedra a los hombre ahora era quien no conseguía librarse de esa preciosa escena que acababa de vivir. Lentamente la cara se le puso roja de frente a barbilla, incluso creía que no podía respirar.-
Waaaah... ~~~
-Consiguio moverse solamente cuando las palabras del muchacho hicieron eco en toda la habitación, como una misión cumplida que alegro incluso a las guardas fuera de la habitación. Esa alegre y cantarina voz resultaba encantadora para todas las habitantes del ...
User1578325 · 22-25, M
Miró luego como ella le ofrecía la fresa directo de sus dedos, le pareció un gesto notorio, cualquier gesto con la comida resultaba en algo que perduraba en su mente y que merecía su atención, por lo que dejó el platillo que estaba comiendo y fijó su hambre en las fresas que ella pudiera darle.
Contrario a lo que se esperaría las comió lentamente, sin esa voracidad que le caracterizaba, cuidando no morder a Hancock en el proceso.
— ¡Están deliciosas Hancock! Ahora entiendo por qué te gustan tanto ¡Shishishi!
Le entregó una de sus sonrisas y retomó su rutina de alimentación con el resto de los platillos, hasta que una vez terminó con todos, se puso de pie con dificultad, con su estómago regordete, agitándosele por los pasos que daba.
— ¡ESTOY SATISFECHO!
Expresó a los cuatro vientos, demostrando que después de tres banquetes ya tenía la energía suficiente para entrenar una vez más.
Contrario a lo que se esperaría las comió lentamente, sin esa voracidad que le caracterizaba, cuidando no morder a Hancock en el proceso.
— ¡Están deliciosas Hancock! Ahora entiendo por qué te gustan tanto ¡Shishishi!
Le entregó una de sus sonrisas y retomó su rutina de alimentación con el resto de los platillos, hasta que una vez terminó con todos, se puso de pie con dificultad, con su estómago regordete, agitándosele por los pasos que daba.
— ¡ESTOY SATISFECHO!
Expresó a los cuatro vientos, demostrando que después de tres banquetes ya tenía la energía suficiente para entrenar una vez más.
Hebihime · 31-35, F
-Tuvo que, no, fue una obligación de sus manos el apretar su pecho para que el corazón no le estallara ni saliera volando por todas las cosas hermosas que estaba escuchando. Acababa de enterarse que Luffy la consideraba parte de su lista de seres queridos y eso incrementaba su felicidad a niveles gigantescos.
Hiperventilo de nuevo, alejándose lo más posible para ocultar un grito entre sus dedos y luego intento volver con la compostura más correcta que encontraba en esas circunstancias.-
Me haces tan dichosa, Luffy... creo que no me pude enamorar de mejor persona...
-Acaricio el pequeño plato de fresas y más que decidida, tomo una de ellas y la colocó en la punta de sus labios, apretando apenas la colilla con los dientes, y la acercó a él con un claro e inocente ofrecimiento, quería consentirlo hasta el último minuto.-
Hiperventilo de nuevo, alejándose lo más posible para ocultar un grito entre sus dedos y luego intento volver con la compostura más correcta que encontraba en esas circunstancias.-
Me haces tan dichosa, Luffy... creo que no me pude enamorar de mejor persona...
-Acaricio el pequeño plato de fresas y más que decidida, tomo una de ellas y la colocó en la punta de sus labios, apretando apenas la colilla con los dientes, y la acercó a él con un claro e inocente ofrecimiento, quería consentirlo hasta el último minuto.-
User1578325 · 22-25, M
— ¡También he notado todas esas expresiones graciosas que haces cuando las comes, shishishi.
Así era, la Emperatriz solía hacer gestos similares a cuando hablaba con él, y por ello suponía que le gustaban mucho.
Así era, la Emperatriz solía hacer gestos similares a cuando hablaba con él, y por ello suponía que le gustaban mucho.
User1578325 · 22-25, M
Luffy actuaba de manera tan natural, que solo se limitaba a comer de nueva cuenta los platos de comida. La comida iba llenando su estómago, de esa forma su cuerpo iba adoptando esa figura redonda tan peculiar en él que le hacía destacar entre los humanos.
— ¡Claro que me fijo en esas cosas! Siempre me intereso por las personas que quiero.
Una particularidad suya era prestar atención a los detalles, aunque no lo pareciera, sabía perfectamente lo que le gustaba a su tripulación, a Rayleigh, y al resto de personas con los que ha compartido viajes. Hancock no sería la excepción, pues todos esos años que entrenó en la isla cercana a Amazon Lily supo varias cosas de la emperatriz.
Como en esas ocasiones en las que las Kuja usaban el barco de su tripulación para visitarle y darle un banquete enorme, la emperatriz siempre solía comer unas cuantas fresas limitándose para que él siguiera comiendo y pudiera usar toda la energía producto de la comida en su entrenamie
— ¡Claro que me fijo en esas cosas! Siempre me intereso por las personas que quiero.
Una particularidad suya era prestar atención a los detalles, aunque no lo pareciera, sabía perfectamente lo que le gustaba a su tripulación, a Rayleigh, y al resto de personas con los que ha compartido viajes. Hancock no sería la excepción, pues todos esos años que entrenó en la isla cercana a Amazon Lily supo varias cosas de la emperatriz.
Como en esas ocasiones en las que las Kuja usaban el barco de su tripulación para visitarle y darle un banquete enorme, la emperatriz siempre solía comer unas cuantas fresas limitándose para que él siguiera comiendo y pudiera usar toda la energía producto de la comida en su entrenamie
Hebihime · 31-35, F
L-Luffy ¿t-te fijaste? no creí que te interesaran mis gustos... ¡p-pero estoy muy muy agradecida de que compartas conmigo esto!... ¿no deseas probarlas? son tuyas...
Así como regañó a Jimbe y a Rayleigh por tocar lo que era para su futuro esposo (?) ella también quería limitarse para no dejarlo con hambre, no se lo perdonaría jamás.
Hebihime · 31-35, F
Las muchachas bajo su cargo tenían la orden de preparar toda clase de comidas, desde sopas, carne, pescado, ensaladas y postres por supuesto, todo lo anterior ya había sido entregado pero era sabido por ellas que una ronda de platos no era suficiente y en esta segunda ocasión se aseguraron de incluir aún más variedades para hacer feliz al capitán de los sombrero de paja.
Hancock se limitaba a verlo comer y a ponerse regordete, aspecto que en lo personal era de sus favoritos pues representaba un instante de felicidad puro en el rostro de su amado pirata. Por eso, al recibir el plato en sus manos ni siquiera lo volteo a ver, no hasta que él fue quien explicó la situación con tanto entusiasmo. Sí, la emperatriz podía llegar a perderse de esa forma cuando estaba cerca de Luffy.
Sus ojos bajarón lentamente hasta el plato, descubriendo las rojizas y deliciosas fresas que en efecto, le gustaban muchísimo. Hiperventilo, al borde de las lágrimas por lo dramática que era.
Hancock se limitaba a verlo comer y a ponerse regordete, aspecto que en lo personal era de sus favoritos pues representaba un instante de felicidad puro en el rostro de su amado pirata. Por eso, al recibir el plato en sus manos ni siquiera lo volteo a ver, no hasta que él fue quien explicó la situación con tanto entusiasmo. Sí, la emperatriz podía llegar a perderse de esa forma cuando estaba cerca de Luffy.
Sus ojos bajarón lentamente hasta el plato, descubriendo las rojizas y deliciosas fresas que en efecto, le gustaban muchísimo. Hiperventilo, al borde de las lágrimas por lo dramática que era.
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