¿Dices que no pueden comerte? Bueno, es algo interesante saber de ti. Para ser honesto es mi primera vez encontrándome con un cerdo cual habla. Debes ser muy valiente pequeño. -nota acercándose y entre cierra sus ojos rojizos mientras no aparta su mirada de sobre él- Jaja dices que tu capitán es mal cocinero. ¿Me pregunto cómo se sienten los clientes después comer la comida hecho por el? -frunce el ceño un poco sorprendido pero se mantiene tranquilo- ¿Puedes servir los clientes? Dices que tu puedes caminar como los humanos y tomar en tus "manos" cualquier cosa?
-Al ver que el ajeno presentaba ahora una conducta mas serena de venido de aquella sonrisa este por su parte agita un poco sus decaidas orejas largas rosadas en lo que solo vuelve a dar dos pasos adelante.-
— Oh para nada, soy bastante corajudo, ademas la comida es comida, muchos intentaron comerme pero claro no pueden la verdad, soy alguien con su estilo después de todo. —
Elevo una ceja presentando cierta arrogancia le encantaba bastante presumir valentia pero por dentro era bastante miedoso aun asi encaraba todos los problemas por sus colegas.
— Ademas ayudo bastante en la taberna, limpio las salas ordeno las copaz sirvo las bebidas para la clientela, si te soy sincero en la taberna se sirve comida pero el capitán es malo cocinando de imagen la comida se ve deliciosa pero en cuanto sabor es...Bueno para suicidarse.—
No tuvo pena en ser sincero conforme rodeaban los ojos de pena por aquella comida.
-sonrie cuando el cerdo retrocede y le observa cada movimiento mientras meta sus manos en los bolsillos de su suéter- Bien, tranquilo. No puedo culparte por hacer tal errores. Después de todo, eres un cerdo. Aún así me parece extraño que puedes hablar. -entre cierra sus ojos un poco cuando escucha aquel suspiro grueso de aquellas grandes fosas- Ya ya.. cálmate carne. Mejor dime una cosa. ¿No tienes miedo en la cocina cuando la gente trabaja con cuchillo?
-Con sus patas traseras dio unos dos pasos atras, no espero aquella mirada intensa que sin duda presentaba odio por parte del ajeno, el cerdo por su lado solo desvia la mirada emitiendo una pequeña tos y acomodar su garganta.-
Bueno bueno creo que estamos algo intensos, tranquilo chico lindo, tampoco lo dije de mala gana, es que ya sabes el brillo la textura me hizo recordar a la berenjena siempre suelo ayudar a la cocina miro como mi jefe cocina con algunas verduras y bueno me recordo a eso. Oing oing.
-El puerco emitiria un pequeño suspiro de aquellas grandes fosas nasales de su gordinflona nariz.-
Mejor calmarse no querra que ya le vengan arrugas. Oing.
