HarveyKinkle

Feliz Navidad, Harvey. ♡

[i] Sí, ahora que lo mencionas. Parece que hacen verdadera magia con ese balón. Digo, en un momento arrasaron.─ Mencionó asistiendo a lo que dijo el muchacho, aunque ciertamente ella ayudo al equipo de Harvey. Pero ver esa sonrisa lo valía todo.─ Ah, Sí. Bueno él... ¡Es todo un amiguito, gigante! Ya, sabes los niños cre-cen de un día a otro. ─ Dijó de forma cómica y enfatizando en ciertas palabras aún recordando lo de esa noche. ─ Ah, cierto el proyecto. Pues, pensaba en, una maqueta y con algo de sonido aunque si quieres colocarle un mono
.. podríamos vestirlo y, ¿Qué él explique el proceso de mitosis? ¿Eso suena no tan raro como parece? ─ Carcajeó de forma melódica y dulzona, tomando asiento junto a él antes de que llegará Livie a intentar apartados de él .─

Hola señor patillas perfectas~ no lo digo yo lo dice el diario de Sabrina

- Sonrió enternecia. Y soltó una pequeña y melódica risa, ¿sería posible que él dejará de ser tan tierno y gracioso, ¡Oh! Y esas patillas.- Me pregunto, ¿Qué te hizo olvidar este tema? si lo estudiamos con el bebé, Harv. [?]

La mitosis es... ♡ [?]

A estas alturas de la vida por nada, ¿Eres amigo de mi hijo o de Arch?

— Asintió, sin dejar a un lado su dulce sonreír. De verdad era increíble la forma en que le encantaba mirarlo, hacía todo lo posible por evitar que sus manos sudarán y su lengua se enredara, pues no quería decir algo fuera de lugar o que algún pensamiento lindo sobre él saliera, No, no, eso debía dejarlo para la hora de escribir en su diario.— ¡De acuerdo! —Exclamó la rubia con ánimo. — Ah, sí. Ya sabes que, no me gusta.— Acotó haciendo una mueca graciosa. Escuchó al castaño y nuevamente hizo un gesto con sus labios; Una carita ligeramente triste, sólo enmarcandoles un poco hacía abajo.— Estoy segura que guardan lo mejor para el final. Y cuando vayas a jugar estaré ahí para ti...¡P-Para verte! Claro, jugar, ¡Ya sabes!

— Soltó una risa, que en un momento que estuvo en sintonía con la de Harvey por escasos momentos. No podía negar lo agradable que era y, lo mucho que gustaba de dialogar con él. — ¿Te parece si invitó las palomitas? — Sujetó una de las correas de su mochila, meneandole, era una especie de acción inconsciente de felicidad o algo así. — Ah, eso. ¿Sabes? Tienes un gran brazo. ¿Te lo han dicho?

— Sonrió instantáneamente. La Sabrina interna estaba lanzando porras en su cabeza debido a la respuesta. — ¿Quieres ir al cine conmigo? Porque, habrá una película muy graciosa y ¿A quién no le gusta reír?—
Con la gracia que le caracteriza, se atrevió a lanzar su invitación, en busca de un sí.