- S-Si... Hambre... Por, favor. •Respondió con ese sutil tono de su voz, cerrando sus ojos pensando en todo y en la nada. Poco a poco fueron desapareciendo entre la negrura de la noche y pasando entre calles solitarias.-
+sigue cargando a la niña en sus brazos mientras comienza a caminar en dirección a su apartamento+ Todo estará bien, pequeña señorita. Estoy seguro de que tienes hambre y cansada, cuidaré de ti, tanto como pueda.
-Simplemente movió su cabeza de arriba/abajo permitiendo que le tome en sus brazos. En ese momento, sentía tranquilidad mientras coloca su mejilla sobre el hombro ajeno, prácticamente pareciera que fuese su pequeña hija y no la terrible verdad que justifica su acercamiento.-
Claro pequeña señorita, prometo. +le besa la cabeza suavemente luego se pone de pie tomando la pequeña en sus brazos+ Te llevó a mi casa, bueno, es un apartamento, pero tengo espacio bastante para manter a una pequeña como tú allí, conmigo. ¿Te gustaría?
-Limpió sus lágrimas con el dorso de su pequeña mano, viendo al joven y levantándose.- -¿Me... L-lo... P-rom-me-t-tes? -Cuestionó queriendo estar segura de confiar, aún mientras aquel joven la abraza con dulzor.-
+se deja en rodillas también delante de ella tomando sus pequeña manitas y la mira a los ojos+ Calmate si? No voy a llevarte allí si no te gusta allí. +la abraza lentamente para calmar la +
- E-ll-llos m-mal-los... ¡Malos! -Alzó su voz casi gritando y rompiendo en llanto de nuevo.- -N-No, p-pu-ued-do p-por f-fa-v-vor... -Entonces se colocó de rodillas, junto sus manitas y le suplico en vista de verde correspondida a esa petición de llamada misericordia.-
+se sorprendió, no entiende porque ella hace esa reacción+ Cálmese, señorita pequeña... todo estará bien. +mira el escudo bordado de su uniforme y se da cuenta que es de internado+ Ahora lo entiendo, pero ¿por qué no quiere volver allí? +no le puede decir a una niña que si ella está en ese lugar, entonces sus padres no la querían+
- ¿C-as-sa? ¡N-no, no! -Dijo negando instantáneamente- -Y-yo... b-busco a... m-mam-má. -Añadió con ésa notoria tartamudez en sus palabras, después señaló el escudo bordado en la parte superior derecha de su uniforme, dando a entender que se trata de un internado.- -A-qu-uí n-no... n-no re-reg-gre-s-so
+solo suspira un poco con una sonrisa amable cuando la señorita lo vuelve a llamar vampiro, así que deja que ella lo llame así, aunque no lo sea uno+ No hace falta que me lo agradezca, fue un placer hacer feliz a una niña bonita. +mantiene la sonrisa visible mientras cierra los ojos por unos segundos y luego los abre+ ¿Dónde vive? Me gustaría llevarla a casa, señorita pequeña, se está haciendo tarde.
