Negó con el rostro con suma lentitud, un gesto casi imperceptible. Así, dibujó en sus labios una sonrisa dulce y delicada, como el mismo danzar de sus cabellos llevados por el viento que hacía compañía a ambos Shamanes.— No, no creo que estés exagerando, es tu visión la que te ha llevado hasta la cúspide del entendimiento acerca de éste mundo y todo lo que en él se aloja. —confesó con sincera admiración, cándida en su voz y en el agarre que efectuó sobre la mano ajena, buscando una conexión más personal.—El amor suele ser sobrevalorado, como bien dices, creen que con expresarlo es suficiente, pero de entre tantos, sólo unos cuantos podrán resaltar por sus acciones ¿No es eso un medio de depuración natural? Aquellos que no echen atrás su corazón, ni desvíen sus pasos de la senda, serán aquellos que lleguen más allá, mientras que el resto... Perecerá, víctimas de su conformismo. —la serenidad con la que decía aquello podría parecer aberrante, mucho más al cerrar los ojos ...
