| El rojo vivo dificultaba la existencia de vida en el desierto, las arenas eran espesas y dejaban dunas, estas formaciones se debían al viento que las moldeaba como un gran prodigio.
Entonces una anomalía se suscitó; el Kazekage, un chico de unos 16 años de edad montaba lo que parecía ser una nube, también de arena. Viajaba a unos 60k/h, creando un pequeño surco por donde él pasaba, ya que no estaba tan distante de altura, tan solo a dos metros. Estaba de pie, con sus brazos cruzados, mirando al horizonte al parecer a una misión especial, esperando en que la continuidad de su viaje fuera pacífica.|