Una sonrisa tan llamativa como el fuego en medio de la oscuridad surcó los labios del castaño, quien como sí nada podía visitar el abismo como sí fuese algo normal. Allí de pie sobre ese piso adornado como un ajedrez dio un par de pasos haciendo sonar la fría porcelana con el toque de sus extraños zapatos con figura de lego, se aproximo lo suficiente a la hermosa Voluntad del Abismo para dedicarle una mirada cargada de alegría.
─ Mi Reina Blanca, cuanta alegría me causa verte. El tiempo ha sido bueno para ambos y tú te mantienes tan hermosa como siempre─ Halagó a la única mujer que importaba tratar bien.
━ Parece que mi querido Hao no ha cambiado nada desde la última vez que vino a visitarme, ¿no lo creen chicos? ━
Una gentil voz resonó de entre las sombras de aquella lúgubre habitación circular, la danzante silueta de la pequeña reina blanca se despegó del ventanal que daba absolutamente a la nada aunque en realidad para ella era un poquito más abstracto aquel panorama porque donde los mortales no podían vislumbrar más que oscuridad para ella daba hacia su mundo de recuerdos pasados y podía vigilar desde su torre su propio mundo de pesadillas
━ Bienvenido de regreso mi querido señor Asakura ━
