Gracias por pensar en mi a pesar de no conocerme tanto, puedes darme los datos y luego irte ¿si? Te agradezco por todo pero estaba en medio de algo -ahora si marca un enorme sonrojo en el rostro debido a la situación que, al volverlo a pensar se le hizo demasiado penoso-
-Le siguió con la mirada y acompañó el viaje girando un poco su cabeza y caderas, no quería perderlo de vista ya que no conocía demasiado de él, solo llamó su atención aquella vez que lo vio con el otro señor tuerto.- Puedes usar lo que desees, de aceptar, se te dará total libertad. Tenemos un contrato de confidencialidad y seguridad. Nos manejamos como una empresa aunque vivamos en la clandestinidad. Como nadie nos da trabajos dignos, buscamos que sea lo mejor para todos. -Desde luego que rió ante esa amenaza.- ¿Por qué estaría divulgando tu privacidad? Pero si quieres azotarme... ¿Por qué no~?
¿Es trabajo? -lanzo el arma de bambú a un costado, se arodillo junto a su cama y movio unas tablas de madera dejando el espacio justo para meter sus manos y sacar algo envuelto en un kimono bastante viejo- ¿Puedo usar un arma real o deberia usar el Bokken? -levanto la mirada para observar a el intruso, su corazón latia muy rapido pero mantenia su actitud lo mas fría posible- y si le díces a alguien sobre lo que hago en mi habitación, realmente te voy a azo...azotar.
No me gusta usar las puertas, además así todos sabrán que entré a tu casa, por la ventana nadie sabrá que un asesino entró a matarte, creerán que fue un suicidio. -Confesó alegre y claro en un tono bromista para que no se tome tan en serio sus palabras realistas.- Estamos buscando nuevos vigilantes y cuerpo de seguridad en la zona roja de Shibuya. Últimamente tenemos más trabajadores de lo habitual y los vigilantes que tenemos ya nos quedan cortos. ¡Nos estamos ampliando! ¿Qué dices? La paga es buena, además no hay que hacer mucho.
¿Y vienes aquí solo por eso? Existen las puertas, se que no tengo una lujosidad de hogar,pero podrias haber tocado -camino por toda su pequeña habitación carente de muebles, unos segundos mas tarde el tuerto extendio su brazo y pockeo el pecho del extraño con suavidad- ¿que es lo que buscas exactamente? Explicamelo bien, por favor
-Observó al sujeto atentamente, cada movimiento y a la espera de una agresión, al fin y al cabo estaba irrumpiendo en su vivienda.- Yo... yo sólo soy alguien que busca talentos por aquí y por allá. -Acompañó sus palabras con movimientos de manos.- Estamos cortos de personal, así que... creo que puede interesarte un trabajo.
¡OE! -eso no le agrado del todo y es por eso que fue en busca de su espada de bambú. Esto lo hizo pensar unos segundos en lo que podria llegar a pasar, acomodo la espada sobre su hombro derecho y se dirigio a su ventana cerrando las cortinas- ¿Quien eres tu?.
