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Príncipe de las Islas del Sur
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*Funce el ceño y lo mira con desprecio*

Alguien como tú no me inspira más que eso.

*Al escucharlo, su semblante se torna asqueado, le responde con profundo desdén:*

Desde luego que no, jamás creería capaz a alguien de tu clase de pedir una disculpa sincera. Así que, viniste en vano, disculpa no aceptada.

*Le sonríe con aire de suficiencia y le da la espalda, dirigiéndose hacia el castillo*

Te quiero tan lejos de Anna como sea posible, no permitiré que vuelvas a lastimarla.

*Menciona antes de irse y con un tono más amenazante agrega:*

No me conoces enojada, así que deberás seguir al pie las instrucciones ya establecidas, de lo contrario atente a las consecuencias.
 
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SW-User
Ese tono de voz le trajo un recuerdo por demás vívido, de ella, a punto de congelarse por completo, siendo rechazada por el príncipe que creía amar. Pestañeó un par de veces seguidas, ligeramente consternada. Pero esa voz desapareció en un segundo y... tal vez había sido solo su imaginación.

-Arrepentirse es difícil- Comenzó a decir, luego de escuchar su excusa. -Y tener la fuerza suficiente para regresar frente a quienes dañaste en el pasado, buscando la redención, sin importar las consecuencias de ésta lo es mucho más- Incluso se permitió sonreír, no era una de sus habituales grandes sonrisas, sino una apenas perceptible. -Dices que ya no tienes nada que perder. Si fueras mezquino y malvado, ya me hubieras hecho algo, aquí mismo, de todos modos las cosas no podrían estar peor ¿Cierto?...- Se acercó y descansó la mano derecha sobre el brazo del príncipe. -Pero no lo has hecho. Porque en el fondo, no eres el monstruo que incluso tú mismo crees que eres. Estoy muy segura de eso- Y entonces, sonrió un poco más. -Unos expertos en el amor me dijeron, que si estás triste, angustiado y temeroso, tu juicio se nubla, y es entonces cuando se toman las más malas decisiones. Pero que el cariño y el amor pueden repararlo todo. La esperanza es lo último que muere, o eso dicen.-
*Sorprendida por la reciente aparición, la joven rubia lo observa sin expresión y alza la mirada*

¿Qué quieres aquí?

*Cuestiona con frialdad, sin mirarlo*
SW-User
El nudo que se había formado en su garganta se negaba a irse, por mucho que luchaba por deshacerlo. Y también luchaba consigo misma. En el momento que descubrió que había jugado con sus sentimientos lo había detestado desde el fondo de su alma, y cuando vio esa espada que se dirigía al cuello de su hermana, definitivamente, el profundo amor que sentía por el había quedado roto, destrozado y pisoteado y jamás había sentido algo así por alguien en su vida. Algo tan negativo.

Pero nunca se detuvo a preguntarse si había algo más allá.

-No- Se separó de él lo suficiente como para poder verlo a los ojos. -No voy a perdonarte, si eso significa que te has resignado a...- Ni siquiera podía decir las palabras "ser ejecutado". Desvió la mirada y apretó los labios por un segundo, antes de volverse hacia él. -Todos cometemos errores, el tuyo fue un error así... Grandote.- Extendió ambas manos a los costados. -Y creí que nunca iba a haber algo más equivocado y malo en el mundo, pero ahora... Yo... ¿Está bien que ponga mis esperanzas en ti? ¿Está bien que crea que no eres tan malo?- A fin de cuentas, decían, todo el mundo merecía una segunda oportunidad.
SW-User
Instintivamente dio un pequeño paso hacia atrás cuando él se acercó. Pero no tenía nada que temer, ¿Cierto? No iba a intentar hacer alguna otra cosa terrible, porque ya había aprendido su lección y ahora... Ahora estaba en problemas, y sintiendo cosas demasiado tristes.

Los suyos le habían rechazado, no tenía a nadie en el mundo, estaba condenado, y aterrado... Ella también sabía lo que era vivir sola, con miedo de no importarle a ninguna persona.

"No decides bien sintiendo angustia o temor."

Recordó la valiosa lección que había aprendido en su visita a los trolls. Tal vez solo eso necesitaba, que alguien le quisiera, que alguien estuviera ahí para él. Tal vez, incluso él podía ser reparado -Hans, Yo...- No se apartó cuando la abrazó y se quedó quieta y en silencio por un momento, después lo sintió temblar y reaccionó, comenzando a levantar los brazos, para apoyar las manos en su espalda. -Lo lamento... Lo siento tanto- Dijo profundamente afiligida. -Ojalá pudiera hacer algo más... Algo que realmente ayudara...-
PrincessCelestia · 26-30, F
RMO: Saludos, gracias por aceptar la invitación. Espero establecer una buena amistad con su persona y llevar un rol ameno.
SW-User
Esta vez fue peor. Cuando escuchó el sonido de las cadenas y vio cómo los guardias le detenían de esa forma, no solo sintió que algo se volvía a romper, sino que le clavaban un puñal justo en medio del pecho.

Tal vez estaba verdaderamente arrepentido. Las personas hacen cosas muy extrañas por impulso. Incluso su hermana. A Elsa le había impulsado el miedo para hacer lo que había hecho. Tal vez, él no se había podido detener. Tal vez estaba confundido y en el fondo no había querido hacer lo que había hecho.

-No- Dijo con resolución -Estoy hablando en serio. No quiero...- Se aclaró la garganta, y se paró más derecha, dirigiéndose a los guardias. -Suéltenlo. Quiero hablar con él a solas- Los guardias replicaron, diciéndole que la Reina había ordenado mantenerlo vigilado en todo momento, a lo que Anna, en su capricho, solo alzó el mentón un poco más. -¡Soy la princesa y exijo que mis órdenes sean obedecidas!- Casi nunca empleaba ese tono, así que los guardias acordaron quedarse fuera de una habitación, listos para entrar si el ex-príncipe atentaba contra la seguridad de la princesa. Tal vez era lo mejor que iba a obtener así que aceptó, y unos minutos después se encontraban dentro de una de las salas del Castillo, él ya sin las esposas en las muñecas.

-Es verdad lo que te he dicho antes- Sus manos inquietas se movían, unidas al frente. -Nadie merece la muerte. Y estoy segura, si Elsa te ha aceptado aquí, piensa lo mismo que yo-
SW-User
Debía ser alguien bastante mezquina para alegrarse por lo que había sucedido. Debía ser alguien bastante cruel para que no le importara en absoluto que una persona que no sabía si había amado pero sí sabía que había querido muchísimo a pesar de todo, fuese a morir. Y debía ser un completo monstruo para no reaccionar ante todo lo que había escuchado e intentaba procesar.

Pero no lo era, y cuando miró los grilletes alrededor de sus muñecas sintió que algo se le rompía por dentro. -No... No eres patético- Dijo, adelantando un paso hacia él. -Siempre fuiste muy... Encantador- ¿Estaba haciendo lo correcto? -Yo no...- Tragó saliva para poder continuar. -Yo no quiero que nadie muera-
SW-User
-¿Que Elsa hizo qué?...- Abrió los ojos sorprendida, no creía que su hermana fuese capaz de algo así, aunque ¿Por que mentirle? Era obvio si un intruso estuviera en el palacio, la guardia lo sacaría de inmediato.

Sus manos dejaron de tensarse y su mirada ahora era de completa confusión. -¿A disculparte?- ¡Disculparse! Juntó ambas manos a la altura de su pecho. -Hay cosas que no se arreglan con una simple disculpa.- Y hubiera mentido si hubiera dicho que verlo sonreír así no le causaba un vuelco en el corazón. Pero estaba segura, era porque recordaba todas las cosas crueles que había hecho.
SW-User
Apretó los puñitos con bastante fuerza a su costado, frunciendo el ceño, más parecía alguna clase de roedor enfadado que otra cosa. -H-Hans...- Y no pudo evitar sentir que el estómago le daba un vuelco al ver al príncipe así, saludándola como si nada hubiera pasado. Decidió respirar y alzar el mentón, como si tuviera toda la seguridad del mundo, un gesto muy característico casi calcado de Elsa. -No eres bien recibido en Arendelle y te pediré que te retires-