-Se quedó así, con el índice señalando a la salida y una expresión atónita ante la actitud del ángel. ¿Llevarlo en su auto? ¿Y luego que? ¿La cena? Al verlo seguir hacia la salida, no tuvo más opción que encogerse de hombros con resignación y dejar caer ambos brazos hacia los costados, llevando la mano diestra dentro del bolsillo de su gabardina en busca de algo dentro de este.
—Si te escucho siquiera hablar de Ya sabes quien, juro que yo misma te echaré del auto para que te vayas caminando —Amenazó con voz seria a la vez que le entregaba las llaves de su lujoso deportivo rojo. —Tu conducirás—Y así, ahora ella se adelantó tras dejarle las llaves en la mano, para salir de los andenes hacia la solitaria y fría calle.-
— Nunca he viajado en auto. — Confesó antes de girarse sobre sus talones y caminar hasta la salida del anden a paso corto, esperando que lo siguiera. — ¿Me dejarías ir en tu auto? Prometo no ir pregonando la palabra de Dios en el camino. — Presionó sus labios escondiendo una sonrisa como consecuencia de sus palabras pues sabía bien que ella era un ser oscuro. — Si aceptas yo invitaré la cena. — La miró de reojo por encima del hombro con el afán de asegurarse que siguiera ahí.
—Auto— Respondió Yuki, tras apartar el brazo diestro de su pecho para apuntar hacia la entrada de la salida del andén— Es práctico y cómo y te evitas todo esto —Dijo luego señalando su alrededor, solitario y gélido por la temporada. -
[Observó con atención las expresiones de la pelirroja y chasqueó la lengua tras unos minutos. — Pero si todo esto es la humanidad. Es... vigorizante tanta actividad. — Su timbre de voz imprimió cierto tono animado a sus palabras, cual niño pequeño en navidad. Al contrario de aquello su expresión permaneció seria mientras con la mirada se dedicó a escudriñar el resto del lugar. — ¿Transporte?, ¿cuál es tu transporte?]
|| —Ugh... —se cruza de brazos y observa con desdén las vías del tren—Bullicio, incomodidad. Todos apretujándose y los olores... Que bueno que tengo mi propio medio de transporte—
