-Hacía algo parecido, por la diferencia de alturas, él podía percibir el aroma del cabello de la chica, aroma que era muy conocido para él y no ocultaba su gusto por el mismo. De igual manera no hizo intento por soltarla en un principio.-

¿Y por qué no me dijiste? Sino fuera por Yzis, no me habría enterado de que estabas aquí, Lyhn... -La liberó de sus brazos en cuanto ella comenzó a apartarse, cuando sus dedos se entrelazaron, él dio un suave apretón, fijando su mirada en la ajena.-

-Se quedó abrazándolo un rato. Aspiró el aire perfumado del césped y de la ropa de Anyel. Estaba feliz de haber vuelto a casa con sus amigos, especialmente Anyel.-

Y yo a ti. Te extrañé muchísimo.

-no se apartó del abrazo, de hecho se quedó así un poco más.-

No podía esperar. Sé que dije que hasta mañana, pero convencí a papá de apresurar todo y llegar antes.

-Ya fue cuando se apartó despacio y le tomó de la mano entrelazando los dedos. -

¡Lyhn! -Y ahí estaba, aquella chica de cabello largo y blanco, no dudó ni un instante para acercarse a ella en una corta carrera para atraparla entre sus brazos en un fuerte abrazo. Tuvo que mantener el equilibrio, pues aquella chica también se había acercado corriendo, mantuvo un prolongado silencio en lo que asimilaba lo que ocurría, tras algunos segundos, susurró de manera apenas audible para la peliblanca.- Te extrañé...

-Ya había pasado un buen rato. Incluso comenzaba a sentir un poco de sueño. El cansancio por la mudanza y el correr hacía la torre la habían dejado muy agotada. Tenía los ojos cerrados aunque podía escuchar su entorno y entonces Syria se dejó escuchar.-

Syria: ¡Yzis! ¡Están aquí!

-Hanary abrió los ojos de súbito y se sentó en el césped para mirar a los lados y la voz de Anyel se escuchó en la subida.-

¡Anyel!

-se puso de pie y corrió hacia a él, con una sonrisa radiante y de oreja a oreja. Se había ausentado demasiado tiempo así que corrió feliz para abrazarlo.-

¿Estás seguro? Me dijo que regresaba hasta mañana al medio día. -Preguntó a su Vairant con total confianza de que nadie lo escucharía, minutos antes, Yzis le había dicho haber sentido la energía de Syria, lo cual indicaba claramente que Hanary estaba ahí y había regresado de aquella mudanza que según creía era para siempre.-

Mas te vale que no sea una broma, Yzis... -Ahora murmuraba, ya que se encontraba subiendo aquella inclinada calle de roca y tierra, misma que conducía a la planicie de tierra movida que fue creada años atrás. Tras subir, la encontró ahí, antes de acercarse mas, se quedó quieto, ladeando un poco su cabeza con gran curiosidad.- ¿Lyhn?

¡¡Wooo!! ¿Viste eso?

*Señaló al firmamento mientras veía las estrellas en ese cielo vespertino durante el ocaso. Había ido a la torre en busca de sus amigos, especialmente Anyel, pero al no verlo ahí, se recostó en el césped para mirar las nubes un rato antes de decidir ir a casa.*