Caminando hacia la sala del trono del Inframundo, junto con cuatro almas de guerreros, entra y saluda a todos los presentes en la sala y se dirige al pequeño trono a lado del que ocupa Hades. — Estaba ocupada guiando a unas cuantas almas por el Inframundo y como reina del Inframundo, vengo a hacerles compañía antes de que marchen a la guerra. —
Yo reprimo una carcajada sonora. — Hasta la flor más hermosa — ronroneo — tiene espinas ¿quién ... hubiera pensado que La Reina de Hierro se convertiría en la nueva manzana dorada.
-Mira a Belona con atención. Estaba profundamente agradecido con sus palabras y su próxima participación en la guerra, pero no permitió que sus ojos mostrasen la vulnerabilidad que le causaba la escena. Por el contrario, su mirada se endureció y asintió una vez, cediendo su permiso para que ella haga lo que sea necesario. - Bienvenida seas tú y tus ejércitos. Lo mismo para ti, Eros. Combatiran a lado de uno de mis más valientes guerreros y general de mis líneas: Cerbero. -giro su mirar a Hecate, sombrío y pensante.- No tiene que ver con posesión de las guerras. El origen del conflicto es una diosa. La misma que siempre me ha traído problemas: Persephone.
Hades — clavó una rodilla en el suelo, apoyándome de mi espada de Hierro Imperial. Una sonrisa maliciosa se me escapa — mis hombres están a tu entera disposición. El enemigo puede empezar a rogar por su vida, la eterna llama de la antorcha de la guerra ha sido encendida, estoy lista para sostenerla una vez más y sembrar las semillas del terror y el caos en el campo de batalla.
