-Tenia una botella de whisky a la mitad, observa la botella y luego posa la mirada en la mujer y con una cínica sonrisa se la avienta con intención de que esta la atrape.-

que tal un trago, para entablar una mejor comunicación.

¿Quién me habla? —Hunde la yema del dedo meñique en su oído izquierdo, e indiferente voltea a ver de dónde proviene esa voz grave. Al ver al soberano de los mares, emite un vulgar silbido mientras le mira de arriba a abajo.— ¿Eso crees? ¡Puedo enloquecer de amor también! —Jadea como sus hienas, hablando con voz soñadora.—

La locura te da cierto atractivo.

ni con todos los certificados falsos que de Arkham creeré eso.