Por alguien que disfruta esto demasiado —Comentó el otaku mientras tenía a Blood Berry sobre el hombro. — Bueno, yo debería empezar con lo mío. Aun quedan un par de aliens que necesitan conocer la hostilidad humana.

¿Por quién me tomas, novato? —Preguntó indignadas apoyando el bate contra hombros y cuello. Sintió que algo se hundió en su nalga, seguido de una risita desquiciada mezclada con gruñidos. Era Bud, su hiena más gorda, y en el hocico llevaba orgullosa una mano que sólo conservaba el dedo medio.— Whoopsie-doodles! (?)

Espero te hayas deshecho del cuerpo. No es que alguien vaya a pedirte cuentas por ello de todos modos. —Bostezó mientras revisaba su reloj—

—Atrapa el trapo en el aire y le enseña la lengua al otaku. Miró las manchas en su bate, estaban por volverse sólidas, así que procedió a limpiarlas lo antes posible.—

Hablas como si no supiera del trabajo. —Le lanza un trapo al rostro— A ver si eso es suficiente. Yo tengo que volver al grind

Recomiendo limpiarla mientras está fresca, muñeco. Hacerlo cuando está seca... —Frunce el ceño y frunce los labios en una mueca de dolor, luego niega con la cabeza y se pasa la manga por la cara.—

Creo que tienes algo de sangre en la cara