-Se despide de su querida amiga con la mano, tambien. Para luego, arrojarle un beso de despedida y dibujando con su Anillo un corazón con una flecha en el aire, en alusión a su compañero.-
— Sí, sí, muñeco, lo que digas —cruza firmemente los brazos detrás de la nuca del hombretón y echa la cabeza hacia atrás, para poder ver el mundo de cabeza mientras sus coletas se columpian de un lado a otro, pero no sin antes despedir a la Amazona con la mano.
No entiende cómo es que puede pasar de un estado a otro tan rápido. No todavía. Esa falta de vergüenza en tratar con la gente lo expone a una situación que no quiere vivir en público. Mas, aún así, se la lleva.
—... Juro que llorarás más si aceptas la terapia.
Parecía una amenaza. Iba en serio. Pero, no dijo otra cosa y se fue con ella.
—Se abraza a Frank. Más bien se trepa a su robusto cuerpo y le envuelve celosamente con brazos y piernas.— Llévame a casa. —Pide mientras tuerce los labios temblorosos y mal pintados. Apoya el rostro de costado contra su pecho y voltea a ver a Diana, emulando una sonrisa de oreja a oreja, mostrando toda su dentadura en una sonrisa psicópata, como si riera en silencio.— Es hora de mi terapia.
