— No me des la espalda cuando estoy hablando. —

Los dedos de la mano derecha se cerraron sobre su palma; al unísono, extremidades cadavéricas brotaron como flores marchitas, fracturando la tierra inestable de Helheim. Las falanges se engancharon a la tela que tuvieron a su alcance con rapidez. Tener el poder absoluto de las raíces del Yggdrasil era la única decisión de Odín que Hela disfrutaba.

— Reverénciame, asgardiano, o tu falta de cortesía quedará a expensas de lo que yo conozco como “diversión”.

De rodillas ante mí. —

Mientras escucha el monologo de la mujer su vista recorre todo el lugar. No era el Vacío, ni un recuerdo si lo fuera regresaría al bucle dónde mato a Thor, nada más satisfactorio que eso.

— ¿Perdón?

La atención se fijó nuevamente en ella ¿Quería una reverencia? Solto una amplia carcajada es lo más gracioso que escucho desde que piso el Helhim.

No dió tiempo a responder su retorcida petición, lo siguiente escuchado provocó elevará ambas cejas incrédulo.

— No se de lo que hablas, no me tope contigo en el pasado y una lastima, este lugar es interesante.

Gira en su propio eje dando la espalda a la mujer, se aventura a investigar el lugar, pocas cosas le maravillan y ese sitio es una de ellas.

Exhibe una sonrisa de tinte lóbrego e interesado. Podía percibir sin complicaciones la esencia del asgardiano ni bien pisa su territorio, ya que diferencia de todo aquel que cae a Helheim, el corazón latente de ese niño emite un ruido enternecedor y vivaracho entre tanto lamento. Al mismo tiempo, el dulce aroma de la muerte llega hasta ella; deduce, pues, que el menor ha encarado su final más de una vez y logra evadirlo.

— Tienes agallas para presentarte ante mí sin una reverencia, asgardiano. — Ladeó el rostro — He escuchado tu nombre antes, mas tu apariencia difiere de la última vez que te vi. ¿Es esta una clase de treta, hijo de Laufey? —

— El casco que portas no está nada mal, no mejor que el mío claro está.


Observa a la mujer, algo familiar encuentra en ella aunque desconoce la razón, decide acercarse a paso firme, las manos ocultas en sus bolsillos y el interés en ella se notaba en las facciones de su rostro.

—Me presento, mi nombre es Loki Laufeyson.

Dijo con un tinte engreído en su tono de voz, extrae una caja con jugo de su bolsillo derecho deteniendo el andar frente a la contraria.