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HOs1565111 · F
— Creí que estarían felices de verme.— Sentenció, mirándoles desde el último escalón que daba entrada al palacio. Pensó que al volver, encontraría en cada asgardiano una opinión positiva en cuanto a su reinado, empero, vio en ellos el mismo miedo e inconformidad que su padre le lanzaba cuando le contaba sus ambiciones.

Hela dio un suspiro cansino y triste. Casi pareció verse nostálgica. Pero sus designios eran inmarcesibles: Asgard, el trono y la lealtad de su gente eran suyos. E iba a tomarlos así tuviese que iniciar una guerra.

HOs1565111 · F
Sin embargo, Odín jamás imaginó que en esa estancia obligada, Hela construiría un sin fin de planes de conquista, cada uno mejor que otro.

Era cuestión de tiempo. Estaba segura. Con el paso de los inviernos, y el descanso de Odín, las almas que llegaban a Hel incrementaban considerablemente. Eso solo podía significar una cosa: Él estaba débil y “añejándose”. Nunca hubo sentido más aprecio por el tiempo que ese. Hasta que hubo sucedido lo inevitable: la muerte de su padre.

Pero, volviendo al ahora, Hela estaba lista para reinar no solo Asgard, sino el resto de Yggdrasil. Tomaría cada reino entre sus manos; quitaría del tablero a los peones innecesarios hasta coronarse como la reina del otro extremo.

[...]

HOs1565111 · F
“Hela ha invadido Asgard.”

No era ese el recibimiento que esperaba en su retorno al reino que, por línea cronológica, le pertenecía. Odín presumió incontables veces sobre las cualidades de su primogénita, y la buen regente que prometía ser para todos ellos. Era fuerte, de ideales inquebrantables y difícilmente alguien se atrevía a pasarle encima, pero esa misma determinación, manchada de intenciones oscuras y aguerridas, fue la excusa suficiente para que “El padre de todo” la expulsara de su hogar, porque ella era demasiado sombría para un lugar tan brillante. Helheim se adaptaría a sus necesidades, o eso pensó el anterior rey.

[...]


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